Armando Iannucci dirigió en 2009 una de las sátiras políticas más destacadas de los últimos años, "In The Loop", una producción británica muy ácida que no dejaba títere con cabeza para abordar la hipotética situación de una guerra entre Reino Unido y Estados Unidos. En "Quai d'Orsay", Bartrand Tavernier se basa en un cómic homónimo creado por Christophe Blain y Abel Lanzac en 2010, en una traslación cinematográfica que no puedo valorar (dado que no conozco el original) pero que se siente 'domada', menos ácida de lo que debiera, como si buscase gustar a todo el mundo en lugar de meter un poco más el dedo en la llaga.

Siguiendo a un escritor de discursos, vamos descubriendo cómo funciona todo el gabinete político del Ministerio de Asuntos Exteriores de Francia. El punto de partida es inmejorable pero aquí hay algo que no encaja y es la forma en la que en el guión se aborda todo este escenario: los personajes son caricaturas, y el Ministro, un tremendamente divertido Thierry Lhermitte, directamente es un secundario salido de una sitcom cualquiera. No hay oscuridad ni tensión, y entiendo que es una sátira pero tampoco hay 'urgencia' a la hora de retratar estos recovecos de la política que deberían haber sido el eje de la trama y que tan bien supo plasmar Iannucci en su "In The Loop" y la serie que la precedía, "The Thick of It".

Es imposible decir que "Quai d'Orsay" es una mala película: dura doras horas, no se hace aburrida, tiene puntos muy graciosos pero los gags funcionan a intervalos muy dispares. Más allá de las buenas interpretaciones y de ciertos puntos concretos, se trata de un trabajo demasiado blandito como para ofender o ser realmente importante. Digamos que está hecha para gustar al público masivo y que Tavernier se ha olvidado de ponerle un poco de picante. Había material para ser bastante mejor.