Y bastante, para qué negarlo. La primera vez que vi The Hole fue en un pase televisivo y recuerdo que cada anuncio me hacía retorcerme en el sofá, pensando en el "qué diablos estará pasando en el agujero, ¿cómo saldrán de ahí?". Cada corte publicitario incrementaba la tensión y me hacía impacientarme hasta límites absurdos. Cuando llegó el final y empezaron los giros (cine post-El Sexto Sentido = final sorpresa) me quedé sin habla. De repente, "The Hole" se había convertido en algo así como un pequeño clásico a reivindicar, ni siquiera había querido reparar en sus irregulares momentos o lo absurdo de gran parte de las situaciones. Para un servidor, era una de esas películas de las que no esperas nada pero que luego te lo dan todo, llegando a un final apoteósico.

El tiempo pone las cosas en su lugar, o eso dicen. Habiendo pasado varios años desde el primer visionado y presuponiendo que he ido madurado como cinéfilo, al menos en cierta medida, decidí volver a darle una oportunidad. Tenía las expectativas un poco bajas a pesar del gran momento que me hizo pasar la primera vez, pero volvió a surgir la magia. Entretenidísima y adrenalítica, "The Hole" arranca cuando cuatro jóvenes deciden saltarse una excursión pasando una noche en una especie de bunker escondido en el bosque. Lo absurdo de su propuesta se extiende a la forma de actuar de los personajes, lo cual sumado a una facilidad asombrosa para generar tensión, aunque sea con situaciones ridículas, hacen que la película sea enteramente disfrutable.Los actores contribuyen al espectáculo. Thora Birch está genial, pero los secundarios la acompañan bien dentro de las limitaciones de sus personajes planos, incluso Keira Knightley está más o menos bien. Y enseña las tetas, aunque hay que poner el zoom a x32 para verle algo.

Lo cierto es que en este segundo visionado se le notan demasiado las costuras. Cuesta creerse cada situación que se da en la historia, es imposible simpatizar con la protagonista porque sencillamente es una hijaputa caprichosa, ciertos detalles de la dirección cabrearían al más pintado (maldito montaje acelerado a lo Saw) y sí, todo se cae por su propio peso pasada la primera media hora. Pero el hecho de que me igual que todo lo que me cuenten sea inverosímil y que sin embargo me hagan disfrutar de principio a fin me parece suficiente. "The Hole" es, pues, uno de esos guilty pleasures que todos tenemos, que en mi caso se suma a las hilarantes "Destino Final", a “The Faculty” o a ese truco de ilusionista llamado "Hard Candy". Tiene encanto.