En ésta película vemos un John Krasinski repleto de buena intención, pero falto de ideas a la hora de elaborar una trama compleja que, de haberla realizado, habría culminado una fantástica película. Por tanto, para mi gusto es demasiado lineal, sin acontecimientos simultáneos y compenetrados con la trama principal, combinados con un final demasiado básico y previsible que deja al espectador un tanto confuso. Creo que la intención de Krasinski es plantear la situación de cómo sobrevivir ante una brutal amenaza con la simple herramienta del silencio, dejando a un lado el tema de los alien, que, para mí, es una simple excusa para ponernos en situación ya que no aparece cómo llegan esos seres a la Tierra y la única característica que se muestra es su agudo oído. Partiendo de esa brillante idea, lo demás es mejorable.

El comienzo es lento y lleno de incertidumbre y expectación, la cual se va disipando según avanzan las escenas en las que todo lo que ocurre es predicho con indignación por el espectador. Los evidentes conflictos internos de los personajes no son plasmados prácticamente en toda la película y esa tristeza profunda que sienten por uno de los acontecimientos del inicio no son aprovechados inexplicablemente por el director y solo se centra en continuar con esa básica trama cuyo final aparenta ser, o bien una paupérrima forma de acabar mal y pronto con una historia que apuntaba maneras, o bien una especie de final abierto que deja paso de una segunda entrega donde nos pueda resolver esas dudas que nos quedaron con la primera. Destaco una de las escenas en las que el director trata de remover los sentimientos del espectador aprovechando las dudas de la hija sobre los sentimientos de su padre hacia ella, algo que habría conseguido, al menos en mí, si lo hubiera realizado de una forma más creíble, menos forzada y, sobre todo, más necesaria.

Como puntos positivos me gustaría destacar que es una película tensa que te mantiene alerta ante los constantes sustos-bien elegidos a mi parecer-y que, por mucho que te lo esperaras, te hacían saltar de la butaca. Pero lo que más me gustó fue el silencio, ese silencio contagioso que te hacía moverte despacio en la butaca para no realizar ningún ruido cuando el alien estaba cerca. Vemos un mundo en silencio, un silencio forzado sí, pero silencio, un mundo en el que a pesar de estar habitado por terribles criaturas, hay momentos en los que desearías formar parte de él para huir de todos los molestos ruidos cotidianos y sólo escuchar el que produce la naturaleza, viviendo en una paradójica tranquilidad