Definitivamente no es una obra maestra como Jacob's Ladder o una película cargada de romanticismo, poesía y sensibilidad como Lolita, pero es un mito e icono en cuanto al tema del erotismo y vaya que las escenas sensuales de Kim Basinger lo demuestran.

La película es mala en verdad, resulta menos creíble que 50 shades of Grey. El guion es vacío, repetitivo y asfixiante. La duración es excesiva, ¿en serio casi 2 horas para esto? Pero los bailecitos de Kim y sus tetas valen cada minuto de visionado. Poco importó que sea una actriz fría y que fue nominada a los Premios Razzie por aquel performance.

Nunca el espectador pudo sentir feeling acerca de la pareja conformada por un burgues de Wall Street con una burguesa del mundo del arte. Ni si quiera hubo química entre estos actores pero bueno, como ya lo dije, Kim Basinger es lo único que cuenta.