Llevaba toda una vida negandome a ver Titanic. Había visto la escenita del desnudo, la escenita del coche, la escenita de la proa y la escenita de la puerta... Y ya está, para qué más- pensaba.

El otro día, unos amigos me convencieron: "No es lo que tú piensas". (Llevo 19 años resistiendome a la película, igual es hora de ceder). Decidí fiarme del ser humano y aquí estoy un sábado noche viendo Titanic. Me dí cuenta de que había visto más o menos casi toda la película pero solo me había quedado con la copla de los momentos más truño..

Si me hubieran pagado por cada vez que he tenido que oír "¿Adonde te llevo? A las estrellas.." "Si tú saltas, yo salto" y patrañas del estilo... Ahora podría ser la dueña del Titanic 3.0. Esas frases son las que se cargan la película... No sé si será culpa del doblaje o de la gente que durante mis años de adolescencia se dedicaba a poner esos textos en fotos cuquis.
Cuando he vuelto a oír esos diálogos me saltaba el detector de gilipolleces y me picaba un poco todo el cuerpo, pero he seguido adelante. Y me alegro.

He de admitir que siempre he rechazado la película también porque Leo DiCaprio era, a mis ojos, un niñato guapito de Hollywood con películas de mierda (La máscara de hierro, parfavar, qué es eso). Con los años he dicho... Ah pues no, pues le adoro.

Total, que si quitas la mierda de diálogos de los que Mr.Wonderful saca las ideas para las tazas te queda una película muy decente. He de reconocer que he llorado un poquito (en algun momento un muchito), no sé si porque me he emocionado o porque yo no tengo dinero para irme de transatlántico.