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Voto de CHIRU:
9
7,6
134.724
Comedia. Drama. Romance
Melvin Udall (Jack Nicholson), un escritor maniático que padece un trastorno obsesivo-compulsivo, es el ser más desagradable y desagradecido que uno pueda tener como vecino en Nueva York. Entre sus rutinas está la de comer todos los días en una cafetería, donde le sirve Carol Connelly (Helen Hunt), camarera y madre soltera. Simon Nye (Greg Kinnear), un artista gay que vive en el apartamento contiguo al de Melvin, sufre constantemente su ... [+]
29 de setiembre de 2008
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Terriblemente genial, desde la primera escena. La verdad es que tiene bastante mérito, máxime cuando el guión es tan simple, pero con unos ingredientes como el genial Jack y sus acompañantes, pues es más fácil.
Me cuesta creer el enlace, que es el perro, puesto que en mi caso si un vecino gay me deja el perro en mi casa a la fuerza, lo tiro a la calle, a él y al perro. Más difícil de creer en un ser tan maniático como este. Pero todo lo demás, impresionante.
Me cuesta creer el enlace, que es el perro, puesto que en mi caso si un vecino gay me deja el perro en mi casa a la fuerza, lo tiro a la calle, a él y al perro. Más difícil de creer en un ser tan maniático como este. Pero todo lo demás, impresionante.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
Todos conocemos a gente así, esclava de sus manías, y lo que hace Brooks es reirse de todos ellos, y hace bien; y yo me río también. Cuando ves que lo más importante para el loco evita rallas es que esa mujer le sirva comida. Y en verdad es entendible, porque es la única que consigue aguantarle.
Pero vamos, que si analizamos el guión en si tampoco sacaremos petróleo, ya que lo bueno de verdad está en las conversaciones, los momentos de risa, las miradas de Jack, que se lleve los cubiertos de plástico, que tenga el aseo lleno de pastillas de jabón lagarto, que no pise las rallas, que quiera que le atienda el mismo camarero, que evite a los enfermos, que no quiera tocar a nadie por la calle.
Me cuesta creer que una persona así pueda cambiar por un perro, las personas así no dejan de pisar rallas de la noche a la mañana. El final me encanta, alas 4 de la mañana en la panadería de la esquina, tremendo.
Pero vamos, que si analizamos el guión en si tampoco sacaremos petróleo, ya que lo bueno de verdad está en las conversaciones, los momentos de risa, las miradas de Jack, que se lleve los cubiertos de plástico, que tenga el aseo lleno de pastillas de jabón lagarto, que no pise las rallas, que quiera que le atienda el mismo camarero, que evite a los enfermos, que no quiera tocar a nadie por la calle.
Me cuesta creer que una persona así pueda cambiar por un perro, las personas así no dejan de pisar rallas de la noche a la mañana. El final me encanta, alas 4 de la mañana en la panadería de la esquina, tremendo.