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Voto de Orlando Tirapu:
9
Comedia. Drama. Romance Es la historia de Alana Kane y Gary Valentine, de cómo se conocen, pasan el tiempo juntos y acaban enamorándose en el Valle de San Fernando en 1973.

13 de agosto de 2023
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
El fascinante mundo de Alana o cómo desnarrar una comedia romántica

Del creador de Magnolia llega esta joya del cine arte contemporáneo. Ambientada a principio de los 80 en Encino, un tradicional pueblo californiano en el que prevalecen los valores familiares por sobre los demás, esta película tiene la particularidad de desnarrar la historia, para darle paso a lo verdaderamente importante: el estudio de los personajes, las relaciones humanas, los prejuicios y la reinvención de uno mismo frente a las adversidades.
Alana Haim de 28 o (25 años) interpreta a su homónima Alana y lidera el protagónico en el rol de una mujer fuerte, creativa, intempestiva y determinada. Agobiada por hastío que le presenta la realidad de una familia judía ortodoxa, nuestra protagonista se desenvuelve con soltura sobre un guion ajustado y adaptado a lo que parece ser una comedia romántica, pero en realidad es mucho más que eso.

Con el transcurso de los minutos, la trama nos invita ser testigos visuales en la gestación de un vínculo fuera de lugar, pero que encaja perfectamente en el marco de la circunstancia. Gary Valentine, un intrépido adolescente con habilidad para los negocios y la actuación se enamora de una mujer 13 años mayor, Alana Kein.

La personalidad avasallante del talentoso muchacho hace que se "descuente" o se "desnarre" el argumento primal. Es que Licorice Pizza no pretende contar historias sino más bien descontarlas. No es tan importante "lo que sucede" como las reacciones de los personajes frente a lo que sucede. De esta forma la historia se permite tomar giros inesperados y también se da el lujo de dejar historias por la mitad para darle paso al verdadero objetivo: entender que no todo es como parece y que los laberintos del romance pueden ser tan sinuosos como atractivos.

Punto aparte para hablar de los cameos que tienen Sean Penn, Bradley Cooper y Tom Waits que le sirven a la trama como ejes argumentales de la locura y también desarrollan contexto en el plano onírico aunque siempre con los pies sobre la tierra.

En líneas generales las actuaciones son estupendas, sin sobresaltos y se complementan con un destacable trabajo de vestuario, iluminación y montaje que se prestan al servicio de contar una historia sin resolver más que las reacciones sobre la base psicológica de los personajes.

La fotografía (realizada por el mismo Anderson) es maravillosa. Gran uso del incandescente, notable labor en el uso del contraluz (nunca vi algo así desde Tony Richarson o la Nouvelle Vague).
La música, a cargo del guitarrista de Radiohead, Jonny Greenwood también abonan la teoría de que los contextos pueden ser secundarios, los momentos pueden ser grabados en el filo del tiempo, pero son las melodías los verdaderos puentes de conexión emocional.

¡Me encantó! 9 puntos, teniendo en cuenta que Magnolia es un 10.
Orlando Tirapu
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