Cuando no esperas nada en especial de una película y te sorprende... te crea una extraña sensación. Eso me ha pasado con "Sólo quiero caminar". No esperaba nada, ni que fuera buena ni mala, ni buenas interpretaciones ni malas... simplemente la vi de forma pasiva y me encontré con una dirección excelente (especialmente durante los primeros 20 minutos), un guión sólido y nada quebrante (pese a algunas que otras licencias que hacen peligrar la credibilidad de la cinta), unas interpretaciones fuertes y creibles (desde Ariadna Gil- que no es santo de mi devoción- hasta la siempre magnífica Pilar López de Ayala, pasando por un Diego Luna que se convierte en el personaje que más convence, más inspira y más transmite) y en definitiva, una película que llena, que no engaña, ofrece lo que muestra en el tráiler y acaba dejando un sabor de boca angustioso, melancólico, triste y a la vez placentero al ver que todavía existen películas capaces de sorprender de forma positiva y más aún, siendo españolas.