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España España · Pamplona
Voto de Asier Gil:
4
Thriller. Acción Ethan Runner (Kevin Costner) es un veterano agente del servicio secreto que afronta su última misión con la esperanza de retirarse para vivir con su hija adolescente (Hailee Steinfeld), a la que apenas conoce, antes de que sea demasiado tarde para ejercer como padre. (FILMAFFINITY)
25 de noviembre de 2019
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
¿Hasta qué punto es sano reírse de uno mismo? ¿Dónde está el límite de lo absurdo? Y, sobre todo, ¿merece la pena seguir viviendo pese a no tener ningún fular en mi armario? ¿Debería comprarme uno? Cuatro preguntas clave que asaltan la cabeza del espectador después de ver '3 días para matar', un anuncio turístico de París de 113 minutos de duración en el que Luc Besson, de la mano del director McG, nos presenta la historia de un agente de la CIA al borde de la jubilación. Él es Kevin Costner, que, además de modelo publicitario y experto sicario, en esta película asume los roles de padrazo en apuros, marido enamorado, torturador sin escrúpulos, magnánimo ciudadano, amo de la carretera, 'Léon el profesional', enfermo taquicárdico, padre de la novia, ciclista de urbe, maduro interesante, cocinero novato... y, sí, también guardaespaldas.ç
El pluriempleo de Costner tiene su analogía en la cinta, una unión de humor negro, 'thriller' y drama familiar, intercalado con secuencias de acción para oxigenar un guion que fracasa en casi todas sus ambiciones. El intento de Besson de acercarse a la figura de un agente del servicio secreto que acepta una última misión para dedicarse después a una familia a la que abandonó naufraga ante unos personajes desdibujados y unos saltos narrativos bruscos y superficiales. Tan pronto vemos a Costner dando caza a un terrorista de Europa del este, como persiguiendo a su hija adolescente por discotecas y salones de tatuajes, o tratando de salvar el matrimonio con su mujer.
El responsable de largometrajes como 'Los ángeles de Charlie' y su secuela se embarca en la tarea de poner en imágenes un texto del cineasta francés que supura por todos sus poros ese humor tan característico de su obra, junto a su afán por mezclar géneros en un mismo proyecto. McG salva con corrección y sin entusiasmo las escenas de acción, pero se estrella en las secuencias dramáticas del filme y, salvo momentos de lucidez, el metraje no logra despojarse de un aroma a videoclip.
Por su parte, el reparto hace lo que puede con unos personajes planos y descritos en ocasiones con muchas licencias en pos del humor. Algunos, como el dueño de un negocio de alquiler de limusinas, encajan en la comicidad de lo absurdo propia de Besson, pero la 'femme fatale' embutida en cuero e interpretada por Amber Heard no tiene perdón posible y solo puede existir en ese mundo, en el que un Peugeot es capaz de sacar de la carretera y destrozar un Audi tras una persecución por la Ciudad de la Luz. Costner aporta madurez y oficio a su personaje, en tanto que Hailee Steinfeld ('Valor de ley') se esfuerza en realizar al suyo maniobras de reanimación cardiopulmonar -la vida es dura para una joven caótica cuyo mayor dilema en la vida es qué hacer con su pelo-.
Llegamos ahora al punto crucial. Si todo esto fue urdido con el mero propósito de entretener y de reírse de sus propias carencias, y si no hay ningún interés en crear una obra que trascienda y tan solo se pretende amenizar dos horas de la vida de alguien, ¿merece la pena? Por si no le queda claro, ahí van las respuestas a las preguntas del principio: hasta que los demás empiecen a sentir vergüenza al verle; no hay prácticamente límites en el humor, siempre que uno sea hábil manejando las expectativas de lo que va a ver; aunque Costner se empeñe, sí; y no en esta vida.

Diario de Navarra / La séptima mirada
Asier Gil
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