Parecía que Invictus, tanto por su protagonista como por la gesta del equipo sudafricano de rugby, venía envuelta en un aire de épica y gloria triunfal, y se ha desinchado enseguida.
A Clint, como a otros muchos directores, le encanta frangmentar las historias que componen el conjunto de una, y avanzarlas lentamente, dibujando despacio el perfil de los personajes y su evolución. Esto te mantiene enganchado y aviva el interés general, que no todos tenemos el mismo gusto, pero en la diversidad captas mejor la diferencia de público. Entonces, pensaba durante los primeros minutos, tenemos a los gigantes del rugby, las caminatas nocturnas, la relación entre los "dos grupos" de seguridad privada presidencial, los problemas intrínsecos del país, la relación de Nelson con su familia, y seguro que alguna cosilla más. Y no, no ha ido "in crescendo" el ritmo en ninguna de ellas, o muy sutilmente, ni siquiera el de los partidos del mundial. Esto me ha dejado un pelín desentusiasmado, daba por hecho que sería gloriosa y ha resultado tímida.
Con escasa fuerza visual, un ritmo lento, y la falta de gloria q cabía esperar, he vuelto a desempalmarme antes de tiempo, no he conseguido entrar de lleno en la peli.

Quizás el mérito de contar una historia como ésta, que pretende mostrar la inteligencia e intuición de un hombre, sin alejarse de la realidad, siendo fiel a la propia historia y a la memoria de los personajes, sin artilugios efectistas ni sensiblería de todo a cien, hubiera estado en olvidar un poco al hombre y explotar la historia con un estilo más cinematográfico, más dramático, más comercial, y que dios me perdone por esto último. Redondeando la preparación del equipo de rugby, del que apenas conocemos su evolución, y acercándonos un poco más a las gentes divididas y enfrentadas.

Nos quedan como pinceladas en un charco algunas maneras, como la visita a la "Isla" donde Mandela forjó su espíritu durante 27 años. Y los reencuentros entre la población como el niño con los policías, la criada con la familia para la que trabaja, los agentes de seguridad... Pero me sabe a poco. Tal vez porque la peli es tuya Clint, y siempre espero que vuelvas conduciendo tu furgoneta por los puentes de Madison, y sin perdón ni excusas y nos traigas bajo el brazo otra chica del millón de dólares. No obstante, sabes que te lo perdono todo, incluso estoy pensando en corregir la crítica de "Cacas desde Iwo Jima", que seguro no te sentó nada bien.
Un abrazo viejo.