Solo hay algo peor que escribir una mala historia de ficción: aplanar la emoción que debiera inspirar una que ya es verosímil por cuanto es real. Y FLOR DEL DESIERTO consigue este desastre mayúsculo con creces. Entretener, entretiene; pero trata con tanta superficialidad todo (la amistad casual que crece de la necesidad, el uso a conveniencia de las instituciones civiles inglesas, carencia de tránsito entre pasajes vitales...) que, para cuando se mete en verdadera harina, es tarde para el espectador. La película resulta como verte un capítulo de La casa de la pradera, pero llevándote un par de bofetones espaciados el uno del otro hacia el final. Además, tampoco nos encontramos con una película que técnicamente deslumbre por nada; al menos, algunos secundarios están bien.