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España España · MADRID
Voto de PSG:
7
Drama Presionada por su madre, Karen, una adolescente, dio en adopción a su hija. Después de 37 años, Karen (Annette Bening) sigue lamentando la pérdida de su hija, pero encuentra a un hombre que está dispuesto a darle una familia y a aportar un poco de alegría a su vida. Por otra parte, están Elizabeth (Naomi Watts), una mujer adulta que tiene problemas que resolver, y Lucy (Kerry Washington) una mujer negra que quiere adoptar a un niño. (FILMAFFINITY) [+]
12 de agosto de 2010
3 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Hay menos mujeres directoras que hombres. Y tiene lógica que las mujeres directoras se interesen más por el universo masculino (Bigelow, EN TIERRA HOSTIL) o por la condición humana (ambos sexos) y sus conflictos (Coixet). Lo que es evidente es que la emocionalidad femenina resulta un aspecto muy singular de nuestra especie. Desde COSAS QUE DIRÍA CON SOLO MIRARLA, este director se maneja con soltura en estas aguas. Si a un argumento con este centro le sumamos el sentimiento de maternidad, el producto es un caramelo para un público femenino que, probablemente, venía reclamando esta entidad desde tiempo atrás. Y en los estudios se sabe. Entré en el cine sin saber quién era el director, pero tardé dos minutos en decirme "este es el de NUEVE VIDAS", y solo dos más en acordarme de la de cosas que diría... Porque la realización es buena, pero también una fórmula, y recuerda muchísimo a Robert Altman en VIDAS CRUZADAS (el libro Short Cuts, de R. Carver, supone un estilo de literatura muy visual que condiciona en última instancia la estructura narrativa). Si Rodrigo quiere crecer, tendrá que abandonar la fórmula y descubrir otros usos de la cámara cuando la oferta narrativa venga al caso. Por lo demás, la historia es buena, retrata bastante bien la variedad de cortes que puede sufrir un cordón umbilical y qué tipo de células madres pueden llegar a añorarse en el futuro de las biografías particulares. Cierto que hay alguna circularidad algo forzada, propia de los cuentos de hadas, pero no es imposible, y el propio tono de la historia la convierte en verosímil emocionalmente. Reseñar que las actrices están inmensas. Amy Brenneman, en su discreto papel, escenifica el rol con tal solvencia que acaso parezca su verdadera dedicación en la vida real; Anette Bening consigue que te lleguen tanto sus anhelos como su sufrimiento; y la vertiente "femme fatale" de Watts sorprende por su solidez. La diferencia entre lo que nos da y lo que nos quita el especializado entramado comercial nunca llegará a calcularse.
PSG
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