Después de Iron Man, es el turno de Lobezno (alias Wolverine para los ingleses). Los japoneses llevan a cabo la adaptación al anime cuando Lobezno viaja a Japón para salvar a su novia, Mariko Yashida, de las manos de su padre Shingen, que quiere casarla con Kurohagi para conseguir aún más poder entre las mafias criminales de Japón.

La historia da una sensación mayor de avanzar constantemente, no como ocurría en Iron Man, y se ve claramente la progresión. Te mantiene interesado mínimamente, así que bien por Aoyama. Por otra parte, la animación ya echa un poco para atrás. He visto cosas mucho mejores en los tiempos que corren. Además, hacer una serie de Lobezno sin una gota de sangre queda un poco mal, qué quieres que te diga.

Imagino que a los fans del personaje de Marvel les gustará, pero es de estas series que te ves para echar el rato, nada más. Al menos, tan sólo tiene doce capítulos. El próximo turno es de X-Men.