Felipe II transformado en un rey malvado de opereta al estilo Disney. Mas parece el ministro traidor de Aladín que el rey renacentista que fue en realidad. Los españoles unos fanáticos que rezan el rosario en plena batalla. Mientras Isabel de Inglaterra es una reina bondadosa, defensora de la democracia y la libertad de expresión. Si todo eso en el siglo XVI. Y la marina inglesa capitaneada por piratas románticos al estilo Erroll Flyn.

Un puro disparate, donde la fundamental que es el guión, simplemente no existe para lucimiento de la fotografía, el vestuario, la puesta en escena. Todo menos la historia que es endeble. Sinceramente una muy mala película.