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Voto de El Pampa:
2
22 de febrero de 2008
12 de 40 usuarios han encontrado esta crítica útil
En USA uno se rapa, se tatúa, sale a la calle gritando !Fuck! ! Fuck! y ya tiene asegurado un pasaporte a Hollywood. Este es un producto de esa clase, y si no le pongo uno es porque el director tuvo la decencia de ponerlo todo en claro desde el vamos y a los tres o cuatro minutos ya comprendemos que veremos una película estúpida y tan previsible como un tiburón hambriento en una piscina llena de gordos. El argumento es ridículo, los personajes absurdos pero el ritmo de la película funciona, una estupidez tras otra con buena velocidad. Reímos donde el director le quiso dar un toque dramático o donde le quiso imprimir un poco más de violencia. Hay una escena donde Kevin Bacon supuestamente está monologando y sufriendo, que es de antología, realmente la parte mas cómica, sobre todo por la música. La película en gran parte es un culebrón mejicano, pero con armas. Calibrar actuaciones no se puede porque los personajes son tan absurdos y estereotipados que debe tomárselo como un comic. Si me enterara que la película se hizo nada más que para salvar los gastos y darles de comer a actores, camarógrafos y demás, me sentiría tranquilo y confiado. Pero si en cambio esta bosta se hizo en serio, no me caben dudas que estamos en tiempos apocalípticos.
Si hubiese tenido que trasladarme, comprar una entrada de cine y lo demás, pues hubiese tratado de soliviantar a los otros espectadores y asaltar la boletería y por que no, patear algunos rostros y quien sabe, tirar algunos fósforos encendidos en la butacas, todo ello como para sentar un precedente, y quien sabe en la confusión, hacerme de unos pesos o propasarme con alguna señorita bien dotada, o las dos cosas juntas.
Si hubiese tenido que trasladarme, comprar una entrada de cine y lo demás, pues hubiese tratado de soliviantar a los otros espectadores y asaltar la boletería y por que no, patear algunos rostros y quien sabe, tirar algunos fósforos encendidos en la butacas, todo ello como para sentar un precedente, y quien sabe en la confusión, hacerme de unos pesos o propasarme con alguna señorita bien dotada, o las dos cosas juntas.