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España España · Madrid
Voto de Moody:
6
Drama. Comedia Theresa (Debra Winger) y Robert (Richard Jenkins) son dos estafadores profesionales que llevan 26 años formando a su única hija, Old Dolio (Evan Rachel Wood), para timar, estafar y robar a cada oportunidad que se le presente. Durante un golpe mal planificado y a la desesperada, la familia convence a Melanie, una desconocida (Gina Rodriguez) para que se una a su siguiente fraude, algo que sin duda acabará poniendo patas arriba todo su mundo. (FILMAFFINITY)  [+]
24 de febrero de 2021
2 de 4 usuarios han encontrado esta crítica útil
Un punto de inflexión. Solamente esto es lo que necesita la película para variar su rumbo. Si su inicio es sorprendente, prácticamente único, es en el momento en el que aparece el personaje de Rodríguez cuando la película pierde fuelle, sin dejar de tener esa personalidad propia de la que presume.

La falta de escrúpulos de la familia protagoniza una primera parte vigorosa, con gran personalidad, en la que se presenta a los personajes como personas que hacen todo lo posible para vivir y para aprovecharse de cualquier resquicio que encuentren en las leyes. Así es como sobreviven entre pequeños hurtos, devoluciones fraudulentas y cupones de descuento sin demostrar ningún orden moral.

En medio de teorías de conspiración algo vistas ya -esa tecnología que nos controla no es ninguna novedad-, todo se complica como suele suceder en estos casos, y es ahí donde la aparición de Gina Rodríguez lo cambia todo. Porque hasta ahí, los estupendos Jenkins y Winger habían convencido a su hija de su forma de vida, la única que conocía.

Pero al personaje de Wood se le abre un mundo ante sus ojos. La actriz firma una imponente interpretación, introvertida y taciturna como corresponde. Pero su forma de ser tan solitaria y egoísta cambia, sufre una transformación al ver que hay mucho más que disfrutar, diferentes maneras de afrontar la vida. Este personaje perdido está muy bien llevado por July, directora y también guionista, que sabe mostrar esa fragilidad e indecisión con buen pulso.

“Cómo sobrevivir en un mundo material” podría haberse decidido por continuar narrando la vida de esta disfuncional familia y sus robos continuos hasta el final, pero para su último tramo opta por quedarse más con los sentimientos que con las artimañas, asegurándose, eso sí, de incluir un final coherente con todo lo que ha narrado por el camino.
Moody
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