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España España · PONTEVEDRA
Voto de Skorpio:
7
Serie de TV. Thriller. Fantástico. Terror Serie de TV (2020). Judas traicionó a Jesucristo por 30 monedas de plata. 2000 años más tarde, una de ellas aparece en un pueblo remoto de España, desencadenando una serie de fuerzas sobrenaturales que amenazan con destapar secretos del Vaticano y aniquilar a la raza humana. En medio de todo estará el padre Vergara, un exorcista, boxeador y exconvicto exiliado en una parroquia del pequeño pueblo donde aparece la moneda. Vergara quiere ... [+]
19 de enero de 2021
4 de 6 usuarios han encontrado esta crítica útil
Vaya un 2020 que nos ha brindado la ficción seriada española. Hemos tenido joyitas en el drama (Patria), la dramedia (Veneno) y el thriller (Antidisturbios), así como una nueva entrega de ese "milagro" de la ciencia ficción que es El Ministerio del Tiempo. Faltaba un producto destacado en el departamento fantástico y de terror… y nadie mejor que un maestro como Álex de la Iglesia y su estilo inconfundible para ponerlo encima de la mesa.

Puede que elevarla al nivel de joya sea excesivo, pero desde luego se trata de una propuesta llamativa, fresca y, sobre todo, necesaria para diversificar el abanico de las series españolas. En su enésimo trabajo juntos, el director bilbaíno y su guionista habitual, Jorge Guerricaechevarría, nos ofrecen una suerte de híbrido deslenguado y desacomplejado de Stranger Things y El Día de la Bestia en la España profunda. Si hace más de un cuarto de siglo se liaba parda con el nacimiento del Anticristo en la gran urbe madrileña, ahora una poderosa secta quiere construir su reinado en la Tierra en la falsa e impostada calma del rural mesetario, una ficcionalizada Pedraza (Segovia) que por momentos parece un trasunto castizo y "posberlanguiano" de Twin Peaks.

El potente imaginario de De la Iglesia y su innato talento para plasmarlo en el plano visual da pie a un desfile de numerosos códigos de serie B de todo tipo (aunque con el presupuesto que permite una producción con la vitola de HBO, que se nota y mucho) en un mejunje de costumbrismo y comedia negra consustanciales a la tradición literaria y visual española. El relato se mueve entre el pastiche y el tributo, con referencias muy literales a clásicos como John Carpenter, Stephen King o el giallo y hasta un guiño muy sentido a otro no menos clásico, con denominación de origen, como La Cabina de Mercero.

La narración combina de manera bastante fluida una apuesta decidida por un fórmula serial con algún que otro planteamiento episódico, si bien en su recta final lo consagra todo a un gran evento, a modo de clímax. A la vez, la tensión sexual no resuelta entre los personajes de Megan Montaner y Miguel Ángel Silvestre, coprotagonistas junto a un excelso Eduard Fernández, funciona como hilo conductor entre monstruo y monstruo. Un recurso que, por más que sea una constante en innumerables relatos seriados, siempre puede tener sus lagunas o resultar pesada, y en este caso así ocurre.

Pero esa misma moneda (nunca mejor dicho) tiene un reverso muy positivo, que no es otro que el personaje de Macarena Gómez, inspiradísima en su cambio de registro. Su Merche es la que tiene una evolución más interesante a lo largo de los ocho episodios y que sin duda se proyectará en el devenir mismo de la serie: de figura contingente, en su penuria de esposa despechada, transitó a un rol decididamente más activo que, a la postre, puede convertirse en la principal vía de fuga del relato.

Cierto es que el excesivo barroquismo visual de ciertas secuencias, un humor mucho menos resuelto que al que nos tiene acostumbrados el cineasta y ciertas soluciones narrativas para agilizar la trama provocan que el acabado final no resplandezca del todo. ¿Chabacana? Sí, sin duda. Ahora bien, ¿eficaz y atractiva? También. Y de cara a fidelizar a la audiencia lo segundo pese más que lo primero.

Eso sí, el desenlace, un final abierto por todos los frentes y antesala de una más que esperable segunda temporada, me ha dejado descolocado, por la simple y llana razón 30 monedas se había promocionado como una miniserie y, por eso mismo, me esperaba ver los cabos atados (si no todos, la mayoría). Lo que me lleva a lanzar una pregunta: ¿se está aprovechando la moda de las miniseries para vender inicialmente como tal formatos con claras intenciones de durar más allá de una sola temporada?

En cualquier caso, celebro este broche perfecto a un año de ensueño para las series españolas y que esa "buena estrella" se amplíe al género fantástico y de terror.
Skorpio
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