Entretenida segunda parte, después de muchos años de la primera película, que se deja ver para pasar un buen rato. No creo que ocurra a largo plazo como su predecesora, ni mucho menos,ya que esta se acabó convirtiendo en todo un clásico que muchos recuerdan y no se cansan de ver( yo incluida). El argumento es insípido, sin enganchar al espectador. Poco importan los problemas económicos y familiares del patriarca Michael y su hermana Jane. Estos personajes sobran claramente, robando el protagonismo los tres niños y Mary Poppins. Los momentos que comparten estos junto con Jack, con los números musicales, es de lo mejor de la película. Enganchan y te hacen vibrar, pero no acaban de conseguir el mismo efecto que los de la anterior película. Emily Blunt da un toque distinto a la niñera, como si en su vuelta fuese más dura y antipática. Pero como siempre, esconde un gran corazón dispuesto a ayudar. La actriz saca mucho carisma en si interpretación, siendo estupenda su aportación tan distinta de la antigua Mary Poppins. Por otro lado, una pena que no se le saque tanto jugo a este personaje, quedando en un segundo plano más de una vez, como si importase poco su vuelta. La anterior vez tuvo más presencia en la casa y con la familia, y ahora parece que da igual. Los hermanos dan la impresión de que no la necesitan mientras siguen ocupados con el tema de que les quitan la casa.Sin embargo, se nota que los tres niños y Jack tienen buen feeling con ella, ofreciéndonos momentos más interesantes que todo el rollo familiar. También sobra el personaje interpretado por Colín Firth, metido con calzador para aportar al malo de la película. Meryl Streep, en cambio, hace una gran aportación como prima de la niñera.