Esta película deja claro al espectador lo que va a ver desde el principio, un filme histórico de denuncia politica en contracorriente con la versión oficial de una modélica transición española. Esta declaración de principios se hace especialmente patente con las imágenes de la intro en las que aparece Juan Carlos de Borbón junto a Franco jurando los principios del movimiento nacional, algo que, a pesar de no ser ningún descubrimiento para mí, no dejó de chocarme verlo en el cine.

Si bien nunca llega a aburrir en ningún momento, es cierto que la trama que hace de hilo conductor deja que desear. Como bien dicen otras críticas, los personajes y sobre todo las relaciones entre ellos no están bien desarrolladas. A esto hay que sumarle que esta trama termina en nada. Además yo he echado de menos una mejor descripción de los preparativos de la huelga en los centros de trabajo y más referencias a Manuel Fraga, quien fue responsable último de lo sucedido.

El final es duro (no puede serlo de otra manera), y se narra de forma correcta a mi entender, sin caer en sentimentalismos. Las escenas de los disturbios plasman bien la angustia y el caos, pero no han logardo transmitirme la adrenalina que se vive en ese tipo de situaciones (y eso que la vi en el cine).

¿Cómo explico entonces una nota tan alta? Sencillamente me parece que hace falta valentía para llevar a la gran pantalla una historía que ha sido silenciada deliberadamente durante mucho tiempo y más haciéndolo de forma directa y desde el prisma desde el que lo hace. Esta valentía sumado a que la película en términos generales no está mal hacen que se merezca un notable alto.