Conclusiones
Que Plaza es un artesano del terror es ya un hecho desde el principio de su carrera, siempre ha demostrado una madurez impregnada en cada uno de sus trabajos y este no podía ser menos, partiendo de la idea de un comic del mismo título que se publicó en el lanzamiento de Verónica, aunque con un camino muy distinto al allí contado, nos mete en una historia de terror clásico adulto y maduro, con una historia que podría tambalearse al ser precuela de la magnífica cinta del 2017, pero mantiene el tipo y sabe estar a la altura, precisamente por saber desmarcarse de esta.
Lo que nos Enseña
El terror al servicio del talento, no me canso de decir que cada película de Paco en una ópera prima, huye de costumbre o marcas de la casa tan presentes en el género, cada uno de sus trabajos es un borrón y cuenta nueva, incluso aquí siendo una precuela de otro de sus trabajos se desmarca totalmente de esta, ofreciéndonos otro tipo de terror, bajo el paraguas de una fotografía cambiante, que va mutando al ritmo de la historia, con un comienzo al más puro estilo NO-DO, pasando a una fotografía totalmente fría y opresora para una explosión final que envuelve a la historia a la perfección. Una película de los 70,s rodada hoy, la narrativa que nos da sobre la religión en una crítica, pero desde el respeto, concluye con muchos matices perfectamente cerrados para con la historia posterior que aun sabiendo mantener los paralelismos entre ellas, sabe anudarlas con un magnífico final que rompe con todo lo visto, pero es un broche de oro.
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