Haz click aquí para copiar la URL
Voto de antonalva:
6
Drama. Comedia. Intriga Estado de Nueva York, años setenta. Irving Rosenfeld (Christian Bale), un brillante estafador, y su inteligente y seductora compañera Sydney Prosser (Amy Adams) se ven obligados a trabajar para un tempestuoso agente del FBI, Richie DiMaso (Bradley Cooper), que sin querer los arrastra al peligroso mundo de la política y la mafia de Nueva Jersey. (FILMAFFINITY)
22 de febrero de 2014
20 de 24 usuarios han encontrado esta crítica útil
En esta película hay una inflación de ingenio: los engaños, las añagazas, las suplantaciones y distorsiones, las falsedades, los disimulos y trampas varias se suceden hasta conseguir que el espectador pierda todo interés por tanto juego y por tanto tirabuzón y floritura de guión. Hay un recrearse en demasía en los enredos, maquinaciones y celadas, como si en todo momento se creyera obsesivamente que más cantidad y más confusión es mejor, sin orden, ni medida, sin prudencia, ni decoro. Sin ton ni son.

Además el inspirado reparto se lo pone fácil al espectador porque vuelve vistoso y seductor lo que no deja de ser un esforzado ejercicio de estilo donde la recreación de una época (finales de los años 70) parece tener más importancia que la consistencia de una historia o la relevancia o lo enjundioso de lo narrado. Hay una descompensación notoria entre la intención con la que se cuenta la historia (en todo momento parece que se nos quiere imponer ‘mira qué ingenioso, qué listo, qué inteligente, qué rematadamente agudo y chispeante que soy’) y la historia en sí misma, que no deja de ser un bizarro y baldío intento de falsificar la realidad para fingir lo que no hay, liar y engatusar al personal, embaucar al espectador y simular talento donde sólo hay sino afán por impresionar y empeño por deslumbrar.

Acaba cansando tanta pretenciosidad de pacotilla, tanto adorno, tanto oropel, tanta baratija de bisutería, tanto requiebro de guión y tanta recreación histórica sin alma, sin fondo, sin calado. No es que esta película sea mala (es entretenida, vistosa, amable y – a ratos – simpática) sólo que se toma por mucho más de lo que es y hace de la falsedad e impostura gala, sin darse cuenta que está tratando de colar como agudo y listo lo que no deja de ser yermo y mañoso, pero carente de originalidad o pasión.

Amable, superficial, primorosa y superflua. Hay mucho dinero invertido, buenas interpretaciones desaprovechadas, saltitos y quiebros en la trama que no acaban nunca de sorprender porque quien se jacta de tanto ardid y tanto timo acaba devaluando la mercancía hasta despojarla de todo valor e interés. A ratos simpática, a ratos tediosa (se alarga en exceso, acumulando repeticiones cargantes), a ratos estomagante y fallida, el resultado global es pobre y baladí. Vistosa y vacía – como el mundo que retrata con tanto ahínco como impotencia.
antonalva
¿Te ha resultado interesante y/o útil esta crítica?
arrow