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Voto de antonalva:
8
Thriller. Drama James Donovan (Tom Hanks), un abogado de Brooklyn (Nueva York) se ve inesperadamente involucrado en la Guerra Fría entre su país y la URSS cuando se encarga de defender a Rudolf Abel, detenido en los Estados Unidos y acusado de espiar para los rusos. Convencido de que Abel debe tener la mejor defensa posible, Donovan incluso rechazará cooperar con la CIA cuando la Agencia intenta que viole la confidencialidad de comunicaciones entre ... [+]
5 de diciembre de 2015
55 de 79 usuarios han encontrado esta crítica útil
Tan lejano y, sin embargo, tan cercano. Cuando el mundo se dividía como un tablero de ajedrez, bastaban dos colores para poder prever cada movimiento o para poder defenderse de los ataques de los enemigos. Todo se reducía a piezas intercambiables, estrategias disparatadas, faroles atroces y añagazas de cara a la galería. Turbiedad diáfana, todo embarrullado pero previsible, todo sangrante pero acotado. Hemos perdido quizás la noción de lo feroz y despiadada que fue la Guerra Fría, pero podría hasta parecer que la añoramos en este mundo actual que habitamos, donde los peligros acechan inmisericordes a la vuelta de la esquina, con rostros que se pierden entre la muchedumbre.

Volver atrás es encontrar un caos ordenado, un patrón tras la vorágine, un esquema invisible que lo controlaba y estructuraba todo. Y aquí es donde echa fructíferas raíces esta última obra de Spielberg, posiblemente un homenaje involuntario a un tiempo pasado que no fue tal vez mejor, pero fue a buen seguro más diáfano, más predecible, más llevadero dentro de su terca e inhumana gravedad. La ideología puede ser una excusa ponzoñosa, una argucia nociva, una careta circunstancial y permutable, pero si se pierden de vista los valores y motivaciones que subyacen, se puede caer en el juego desalmado de estratagemas donde las personas carecen de valor y son meras marionetas al albur de las potencias.

Aquí estamos ante una apasionante película clásica tanto en su fondo como en su forma. Pocas veces Spielberg ha alcanzado una perfección estilística tan encomiable como en este caso: solidez narrativa, ausencia de trucos malabares, carencia de efectismos visuales avasalladores, todo discurre con un tempo parsimonioso, medido, firme, inapelable, como el destino mismo, sin alarde de efectos especiales ni cortinas de humo con las que tener que maquillar carencias o incongruencias del guión… Su clima, su tono, su aroma, su textura, todo remite al cine clásico e ilumina y da frondosidad al retrato de los personajes que presenta en una trama de espionaje a la antigua usanza. Hay buenos y malos y las fronteras son reconocibles y tajantes. El que esté inspirada en hechos reales es lo de menos: su logro real es alcanzar la perfección en el mundo que presenta y recrea.

Posiblemente estemos ante una de las mejores cintas de Spielberg, a la altura de lo mejor de su tan admirado David Lean. Brillante y contenida, cálida y envolvente, llenando de esplendor una época estancada en el fango y la indignidad. Una delicia.
antonalva
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