Este film no me ha desagradado para nada, ha sido bastante interesante y en algunos momentos incluso cautivador. Le pondría un 4, tal vez un 5, pero creo que la escena en que el pedófilo entra en la sala de chat haciéndose pasar por una adolescente merece subirle uno o dos puntitos más. Y es que esa parecía que iba a ser la idea y la estética de una película que empieza muy bien, y acaba "mediocrizandóse" por momentos. El principio es confuso, y por confuso y estéticamente atractivo, te ata a la butaca. Ese momento en el que aún no estás seguro de si están en la vida real o en internet, ese momento en el que ves a un viejo fusionarse con una niña y aun adolescente fusionarse con otra. Si la película hubiera seguido siempre por ahí, habría sido bastante más digna de ver hasta el final. Pero es muy dificil arriesgarse tanto estéticamente y contar con el beneplácito de una mayoria del público, y al final, como siempre, nos dejan con las ganas.

Creo que otro de los puntos flacos del guión es querer profundizar en demasiados personajes en demasiado poco tiempo. Una hora y media de película no dan para entender, comprender y apreciar a cinco personajes tan distintos. Y cuando la historia se centra en dos de ellos al final te quedas con las ganas de saber qué narices pintan los otros tres personajes. Sin mencionar el hecho de lo muy desaprovechado que está el talento de Hannah Murray, más que conocido y demostrado en cada una de sus secuencias en la serie "Skins".

Finalmente, creo que como intento de acercamiento a una realidad que cada vez nos devora más, no está mal; ¿Cómo millones de adolescentes deciden encerrarse en una habitación y reducir su vida a las cuatro paredes del espacio virtual? ¿Qué hay ahí? ¿Qué ofrece la red? Pero realmente, es un acercamiento bastante banal y que cómo casi todo, acaba radicalizando y dramatizando de tal forma que el que se pudiera ver reflejado en un principio, acaba la película pensando "Dios mío, vaya panda de pirados".