Esa es la frase que utiliza Bogart cuando ve a ese paquete llamado Toro Moreno. Última película de un Bogart al parecer bastante debilitado por un cáncer y que consigue hacer uno de los mejores papeles que he visto. Crítica general sobre el negocio corrupto del Boxeo por aquella época en la que lo único que importaba era el dinero por encima incluso de la vida misma de los propios boxeadores a los cuales consideraban carnaza a costa de llenarse los bolsillos con su sangre. Si el papel de Bogart es bueno, no digamos nada de su homónimo Steiger que lo borda y que consigue que el espectador odie a ese personaje de principio a fin de la peli con una interpretación poderosa. La actuación del sufrido pupilo Toro Moreno tampoco pasa desapercibida (pobre diablo) ignorando como la gente que le ha traído a América con falsas esperanzas de fortuna y fama, se aprovechan al máximo de su imagen y su persona para enriquecerse ellos dejándolo a él y a su pobre manager al margen de todo desde el primer dia en que aterrizan. Una película de la que no se habla demasiado pero que es una joya del cine negro y que si más de uno la viera estoy seguro que la tendrían muy presente. Solamente habiendo profundizado un poco más en los personajes y haberla dotado de un poco más de metraje, estaríamos hablando de una obra maestra. Gracias Humphrey Bogart.