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Estados Unidos Estados Unidos · Raccoon City
Voto de Maldito Bastardo:
1
Thriller. Drama. Terror Milo, una estrella del porno ya retirada que vive con su mujer y su hijo, está pasando por apuros económicos. Una cita con una antigua compañera de rodaje, la pornostar Layla, le presenta la oportunidad de trabajar con un tipo llamado Vukmir en su nueva película de porno experimental. Milos acaba aceptando sin saber exactamente lo que va a rodar y acaba sumergido en una tormenta de depravación violencia, snuff, pedofilia, y drogas que ... [+]
18 de noviembre de 2011
23 de 34 usuarios han encontrado esta crítica útil
A día de hoy el Juzgado de Instrucción número 8 de Vilanova i la Geltru por denuncia de la Fiscalía considera la exhibición de esta película como delito según el artículo 189.7 del Código Penal, que castiga con penas de tres meses a un año de prisión o multa a quien «produjere, vendiere, exhibiere, o facilitare por cualquier medio material pornográfico en el que no habiendo sido utilizados directamente menores o incapaces, se emplee su voz o imagen alterada o modificada».

¿Ha quedado claro? Para el director del Festival de Sitges parece que sí…

También un juzgado de San Sebastián prohibió que la película se proyectara en la XXI Semana de Cine Fantástico y de Terror-Calle 13.

Tampoco se puedo ver en el Blood Film Festival Film de Fuenlabrada…

Y me da miedo decir que la he visto por si me pasa como a los protagonistas de “South Park” y varios agentes de cuerpo especial del estado entran por las ventanas de domicilio con armas automáticas para pulverizar a balazos mi cerebro y poner unas esposas en mi inerte cuerpo.

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Hay películas que quedan alimentadas por la propia polémica que generan aunque eso pueda conllevar que el público las devore y descuartice en un orden indeterminado. El filme de Srdjan Spasojevic parece haber generado la mayor controversia en muchos años con la imputación (sin penetración) del director del Festival de Sitges por exhibirla.
El dudoso gusto de la obra y la reacción del público no llegó a tanto como nos mostraba Carpenter en el mejor episodio parido de “Masters of Horror”: “El fin del mundo en 35mm”. “A Serbian Film” me parece una versión porn-pajillera (y para pajilleros) de ese “Cigarette Burns”. Precisamente esa mala copia en versión porno pierde el misticismo de la atrocidad que inculcaba a su obra el director de “La cosa”. Todo aquello que genere la propia obra de Spasojevic estará sujeto a la penetración y al grosor y longitud del pene que la protagoniza.

La película me parece que queda definida por sus propias imágenes: un empalmado serbio penetra visualmente a una audiencia, ya tuerta por anteriores atrocidades fílmicas, y empala su cerebro hasta una muerte inhumana. El newborn porn ha nacido erecto y con vocación de dar en vez de recibir. Huye, salvo que tengas el cerebro de un bebé, claro.
Maldito Bastardo
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