La nueva traumatología española pasa por exprimir la vida de los famosos en los platós de televisión para reventarlos en la ficción de la miniserie. ¡Muertos o vivos, da lo mismo! ¡Siempre hay recompensa! Pero la nueva abominación pasa por que las nuevas cadenas compitan en llevar la vida del baboseo nacional, poner nuevas caras al hedor del sarao y del amarillismo con reflujo de orín. Hace unos meses LaPena 3 conmocionó a nuestros encéfalos con un biopic no reconocido titulado “Hoy quiero confesar” (apodado por servidor como “Hoy quiero vomitar”). El nuevo panorama pasa por los replicantes televisivos. Si no teníamos suficiente con una Pantoja… ¡tendremos al menos 3! La auténtica y real, que tuvimos hasta en la sopa hasta que ella puso el caldo (y el pelo de rigor flotando), la de Antena 3, la de Telecinco y las que estén por parir. ¡Con Encarna esto no pasaba y se vivía mejor!

Cuentan que la miniserie estuvo a la espera de salir del armario donde se halló encerrada por el contrato que Telecinco firmó con la ex viuda nacional. Pero un desliz de espanto cometido por la Panto en la competencia tal vez ha provocado el castigo… ¡Toma serie ‘sin censura’! ¡Toma ‘lo nunca visto’! ¡Toma serie ‘que cambiará nuestra imagen de la tonadillera’! ¡Toma morena! ¡Toma! Bueno, en “Mi Gitana” lo único que ‘toma’ el espectador es cianuro-catódico por medio de sinsentidos, verdades a medias y ejecución digna de las ‘Celebrities’ de Muchachada Nui. Que si el vello y el verde, que si te saco el dedo (y la lengua) por hacerme ser mala madre, que si me muevo como un fantasma para ponerme en tu nuca y decirte que soy ‘Encanna’, que si te soplo y te seco toa’ o que si me pongo como Tony Soprano: «Me has amenazado y eso no se lo permito a nadie». Todo el mundo pensaba que en “Mi gitana” se lamerían las pelusillas de las alfombras y esas cosas… pero, al final, nada-de-nada. Elipsis, que soy piscis. Del ‘Ay pena, penita, pena’ a conocer a Encarna y su empanadilla, a introducirla en el círculo marbellí con cameos chanantes de Roca, Gil, la Zaldívar y Julián Muñoz para acabar con ‘La bien pagá’. Si esperábamos una Godfather con castañuelas llegó La Padrina pero no con voz de Millán Salcedo y aunque sí con dinero encima de un colchón homenajeando a “Una proposición indecente”. Sus incursiones en el cine (en BODRIO MODE ON) tirándose a un pre-ganador del Goya (y no a Santiago Segura para que enchufe ar'niño), el cameo de Martes y 13 en PL-OFF y sus cubatas con Maria del Nabo son una cornada mortal y desopilante para el espectador.

La Panto era (y es) de acero forjado. La mejor que parodia a la Pantoja es la propia Pantoja. ¿¡Pero no había quedado claro en “Aquí hay tomate”!? Esperemos que sea verdad ese «Tantas cosas tengo que enseñarte todavía…» porque yo, por criticar y reírme como hace mucho, la pienso ver entera-enterita-entera toa’. Ya he comprado los pañales para adultos y así evitar mancharme los calzoncillos de nuevo como en su primer e irrepetible capítulo.