Dos años antes de deslumbrar con "El ladrón de bicicletas", De Sica ya firmó esta estupenda película que no anda muy atrás en calidad. El tema principal de la historia es la niñez, la juventud, su inocencia pero también su maldad estúpida e inofensiva. La multitud de chavales que aparece en la cinta se ven enfrentados a situaciones que les sobrepasan, que no están preparados para afrontar, y a las que responden frecuentemente con la rabia y el llanto.

¿Realiza aquí Sica (respaldado por los estupendos guionistas) una crítica al sistema penal para menores de edad? Yo creo que sí. Toda la película parece preguntarse algo insistentemente: ¿tiene sentido encerrar a un crío tras unos barrotes? ¿Qué esperamos conseguir? ¿Servirá para algo, comprenderá su error, o sólo conseguiremos transformarle en un inadaptado social? ¿Es ése el camino?

Los guionistas utilizan el drama y el humor para contar una historia terrible. Lejos de dramatismos y tremendismos, "El limpiabotas" se ve con agrado y rebosa ternura. Es imposible no encariñarse con los chavales. ¿Os imagináis que Hollywood hiciese un remake de esta película? Estaría plagada de niños estomagantes, momentos pastelosos y los mayores serían auténticos demonios. No es aquí el caso. Sica acertó plenamente con la pareja protagonista, estupendos actores que se complementaron de una forma especial, así como con el resto de la tropa del reformatorio. Los adultos, además, no son personajes deplorables y villanescos; hay de todo, hacen su trabajo como carceleros pero lejos de maniqueísmos se compadecen de los críos e intentan tratarlos tan bien como la situación económica del país permite.

Todo esto es consecuencia del Neorrealismo, del que habrán oído hablar tantas veces, y casi siempre asociado a este director, que me parece tópico y cansino volver a hablar sobre ello.

*continúa en spoiler*