En la cinta de Parker Finn, resulta ingenioso el recurso de la sonrisa como elemento bastante aterrador que vaticina que algo va a terminar de la peor forma. Ese, el que lleva el título del film, es el fuerte de otro relato de terror que cae en lugares comunes que son propios del género y que tal vez en varios aspectos no innova demasiado, pero, a fin de cuentas, se las rebusca para conservar el suspenso.

Si nos enfocamos en los objetivos a cubrir en una obra de este tipo, se puede afirmar que existe un gran logro en lo que concierne a los denominados jumpscares (esos sustos que surgen repentinamente y hacen saltar al espectador de la butaca) y un acierto en cuanto a cómo se complementan las secuencias de tensión más elevadas con una banda sonora macabra, que inquieta.

Es cierto, también, que en 'Smile' hay eventos que pierden fuerza por su previsibilidad e incluso por ciertas interpretaciones que no convencen del todo, pero en su búsqueda principal, cumple y entretiene.

6,5 Alancitos Sonrientes sobre 10