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Vietnam Vietnam · Sigo estando en Saigon
Voto de El dependiente:
8
Comedia. Drama. Thriller En 1937, en plena guerra civil, tropas republicanas irrumpen en un circo, durante el espectáculo, con el objetivo de reclutar a sus empleados para luchar contra las tropas nacionales. Mucho tiempo después, en los últimos años del franquismo, dos payasos (Carlos Areces y Antonio de la Torre) luchan por el amor de una atractiva trapecista (Carolina Bang). (FILMAFFINITY)
30 de enero de 2011
1 de 3 usuarios han encontrado esta crítica útil
Dos payasos dándose de hostias... la de veces que habré visto eso en el congreso.
Alex de la Iglesia, por primera vez, firma en solitario el guión de un largometraje... y qué largometraje. Lo cierto es que es una montaña rusa, Empiezas en lo más alto, para pegar un bajón que, a la hora de metraje, se corrige por completo. No se puede negar que esta historia tiene sus fallos. Aunque puede que durante unos instantes sea anodino, Balada Triste de Trompeta es el espejo perfecto. Quizás, en otras circunstancias, habría dado menos nota a una cinta como esta, pero, después de vislumbrar en Alex de la Iglesia principios que no existen en ninguno de los miembros de ese circo que se conoce como "clase política española", me siento demasiado predispuesto a su favor. Éste talentoso director ha puesto en evidencia, tanto dentro como fuera de la película, una crisis más que evidente, orquestada por los grandes empresarios de la "cultura" (porque la cultura, en este país, también son dos payasos dándose de hostias, y mientras esos payasos atraen nuestras miradas, los científicos tienen que emigrar a Suiza, EEUU y demás... en el circo no hay lugar para el progreso)... pero centrémonos en la película: una estética que hasta ahora nunca se había conseguido en toda la historia del cine español; un "chanante" del que jamás habría pensado que podría conseguir una interpretación semejante, un Antonio de la Torre inmenso, y una Carolina Bang algo histriónica al principio, pero memorable según va avanzando la película (al menos, para ser su primera incursión en la gran pantalla); un Franco compasivo ("Tienes que alzarte"... ¿WTF?); un guión sin "Guerrica" (y, desgraciadamente, se nota durante ciertos momentos de la película); unas escenas macabras deliciosas (y jamás pensé que usaría esas dos palabras seguidas); unos veraderos momentazos; y, volviendo al principio de la crítica, un contenido completamente extrapolable a la realidad... ¿No es increible que este circo no haya cambiado en treinta y ocho años? El caso es que, después de todo, con una industria que prefiere imponerse ante sus clientes antes que adaptarse a un nuevo mercado (y eso que fueron ellos quienes escribieron las reglas de este juego), dan ganas de preguntar, tal y como lo hace el personaje de Areces en cierto momento, ¿Y vosotros de qué circo sois?
El dependiente
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