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España España · Oviedo
Voto de Gould:
9
Aventuras Basada en la novela homónima de Joseph Conrad (1857-1924), cuenta la historia de un oficial de la marina mercante que navega en el Patna, un barco de tercera categoría que transporta peregrinos musulmanes. Durante una tormenta y con el barco a punto de hundirse, Jim y el resto de la tripulación huyen del barco abandonando a los pasajeros. Pero, para su desgracia, cuando llegan a la costa descubren que el Patna ha sido rescatado. (FILMAFFINITY) [+]
3 de mayo de 2019
8 de 8 usuarios han encontrado esta crítica útil
En parte contada por la aguardentosa voz en off de Jack Hawkins, esta superproducción rodada en 70 mm de superpanavision combina con inmaculada perfección un film de aventuras y el torturado recorrido personal de su personaje principal. El excelente guion de Brooks capta, a través de sus memorables diálogos, la esencia fundamental de la novela conradiana y consigue extraer un gran resultado del scope, un formato con el que un espíritu fundamentalmente teatral como el de Brooks no se sentía del todo a gusto y que tardó bastante en dominar –esta fue su segunda película de gran formato-.

Historia de una traición y de una cobardía, de los remordimientos y la culpa que conlleva, así como de la imposibilidad de la redención, nadie juzga a Lord Jim con mayor dureza que él mismo. Jamás se perdona ni busca el falso consuelo del engaño porque el orgullo le impide liberarse. Al fin y al cabo “el honor es una cuestión personal”.

Todo el peso de la película recae sobre su protagonista absoluto, un Peter O’Toole que da una soberana lección interpretativa. El actor irlandés, que tan bien encarnaba los papeles de héroes psicológicamente complejos y torturados, borda un papel que, junto a Lawrence de Arabia, posiblemente sea la mayor interpretación de su carrera. Es, de hecho y en cierta manera, una nueva versión de dicho personaje que vuelve a bascular entre la rigidez de su carácter y la fragilidad de su conciencia, a un tiempo ascético pero sin piedad alguna consigo mismo, emborronando sus nobles acciones por sus arrebatados demonios interiores.

Acompañando a O’Toole sobresale la pícara e irónica interpretación de un exótico Elli Wallach, la faz inexpresiva del soso Curt Jurgens y la soberbia, inobjetable maestría de un aterrador James Mason, capaz de ensombrecer al propio O’Toole con tan sólo unos pocos minutos.

Un clásico muy atractivo

“¿Quién no ha suplicado a Dios una segunda oportunidad?”
Gould
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