Nunca es fácil adaptar una novela en una película, mucho más si se trata de un best seller tras el que tendrás una horda de fans dispuestos a ser decepcionados. Pakula es un director impecable cuando se trata de recrear escenas, pero en este caso peca de falta de punch. Los personajes tienen gancho pero no terminan de profundizar. Greta Scacchi tiene tres escenas en las que está imponente y Harrison Ford termina siendo el mismo actor de siempre, a medio camino entre la implicación y la desgana; por eso le vienen tan bien los papeles de aventurero. Sea como fuese, Ford era la estrella del momento y eso atrajo mucho público a las salas. No creo que el público terminase decepcionado con la película pues mantiene el suspense durante todo el metraje y, sobre todo, la duda de si el protagonista hace o no honor al título. El giro final lo cambia todo y nos hace ver los títulos de crédito con la mirada aún puesta en la pantalla y la sensación de haber visto una buena película.