La perfección es subjetiva, claro, y para mí esta serie es perfecta. Sólo con ese calificativo se explica que pueda poner un 10, y me apetece ponerlo ahora, sólo 20 minutos después de ver el último capítulo. Tal vez cuando la piense más vea algún fallo, pero me da igual, hoy quiero dejarme llevar por la intensa emoción que siento en este momento. El arte está hecho para el disfrute, y como mi disfrute ha sido máximo, valga esta crítica como testimonio.

La serie es perfecta en el guion, milimétricamente diseñado, inteligentísimamente desarrollado. Cuánto se agradece un guion inteligente, que no insulte al espectador, con buenos giros pero sin abusar, con diferentes tramas pero sin liar la cosa en exceso, y con un final a la altura que merece una consideración aparte.

Perfecta en el ritmo, sin prisa pero sin pausa, de menos a más, un guiso sublime cocinado a fuego lento. En estos tiempos donde el cine y la televisión intentan seguir torpemente el frenético ritmo del videojuego, donde ningún plano dura más de 3 segundos y la función del diálogo es enlazar escenas de acción, esta serie sólo es apta para quien tenga algo de paciencia. Quien no la tenga, ésta es una ocasión única para cultivarla.

Perfecta en las interpretaciones. Qué actores tan magníficos, mención especial para Evan Rachel Wood, pero también inmensa Thandie Newton y, cómo no, los ya consagrados, Hopkins y Harris.

Y para no alargarme en exceso (fotografía, dirección, efectos especiales, ..., todo maravilloso), quisiera comentar sin comentar (no es spoiler), el final. Ésta es una serie de expectativas, en la que uno espera llegar a algo grande y sorprendente. Todo va evolucionando, los personajes, las tramas, y es inevitable hacer predicciones y cábalas. Pero como las expectativas van aumentando con los capítulos, también aparece el miedo a un final indigno. ¿Cuántas películas y series nos han defraudado por el final, después de haberlas disfrutado durante casi todo el tiempo? Porque un final malo se carga al 100% una película que uno disfruta el 99% del tiempo. No ocurre aquí, y no es que el final sea algo inimaginable o extrañísimo. Es perfectamente coherente, quizás yo podría haberlo adivinado, pero no lo hice, y me alegro. ¿Gustará a todo el mundo? Sin duda no, porque nunca llueva a gusto de todo, pero a mí me ha dejado extasiado.