No hay manera de que la industria cinematográfica española consiga hacer bien una película familiar aceptable y entretenida. En este burdo intento de acercarse a una historia con bastante potencial, se apuesta (una vez más) por lo superficial, por lo soez, lo burdo, lo indecente y se pone de manifiesto el absoluto desconocimiento del público al que debería dirigirse esta historia. Me he sentido estafado y, si fuera posible, reclamaría, no sólo el dinero de las entradas, si no mi parte de las subvenciones que se entrega al cine español con mis impuestos. No entiendo qué necesidad hay de contar una historia bonita y para todos los públicos empleando imágenes y vocabulario hirientes que incomodan al público en general. Lo siento. Me ha parecido una absoluta estafa. Si piensan ir a verla con sus hijos, ¡¡NO LO HAGAN!!.... ¡¡CORRAN!!