Charlie es un adolescente que vive en un disfuncional entorno humilde, abandonado por su madre y cuidado por un padre inmaduro y desastroso. Gracias al carismático pero cortante Del (Steve Buscemi) logrará un pequeño trabajo ayudando a cuidar los caballos de carreras de este. Sin embargo, no puede evitar coger cariño al caballo Lean on Pete, y cuando este empiece a ser lento en las carreras no estará dispuesto a aceptar su predecible y nefasto destino. Una película con toques de costumbrismo sobre un joven solitario marcado por su desgarrador ecosistema. Un hombre sin presente y, presumiblemente, sin futuro. Una propuesta que está excelentemente interpretada, destacando con voz propia el trabajo de Charlie Plummer. Pero al mismo nivel se halla la realización de Haigh, que nos deleita con travellings laterales muy hermosos, que aprovechan la fotografía de Jønck, que capta en grandes tomas la belleza indómita del paisaje. Un filme de tragedia y desgarro, existencias desgraciadas e, incluso, reminiscencias del western. Un viaje primero a nivel personal al aclimatarse a este trabajo y uno segundo, este literal, por el desierto americano. Filme de pocos personajes pero espíritu universal y alcance emocional tan amplio como las dimensiones con las que se retratan las localizaciones. Cine delicado y conciso, pero contundente y directo. Lleno de sentimientos pero afrontado sin sensiblería. Cuán afortunados seríamos si propuestas tan redondas fueran más habituales en nuestras salas.

Este intenso drama está ejecutado con excelencia, pero cuenta con el defecto de ser incapaz de sorprendernos. Quizás por haber visto ya varias películas similares, el espectador anda siempre un paso por delante de la película, prediciendo prácticamente todo lo que va a pasar en ella. La variedad emocional del filme es limitada, y en pos de la desolación del espectador el guión introduce a su desgraciado protagonista en algunos excesos dramáticos en el tercer acto. Una película de excelente protagonista y sensacionales elementos con el caballo, pero en la que el resto de nefandos personajes humanos que le rodean quedan un poco reducidos a estereotipos. Grosso modo, una película notoria que, tristemente, se queda a unos tantos pasos de ser extraordinaria.

Triste, naturalista y compasiva, Lean on Pete es un desolador acercamiento a la entrada a la madurez hermoso, delicado, contundente y clásica en su espíritu. Muy recomendable.