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Voto de Mirada Crítica :
8
Drama. Comedia Greg pasa el último año del instituto de la forma más anónima posible, evitando todo tipo de relaciones, mientras en secreto hace extrañas películas con su único amigo. Esta situación cambiará cuando su madre le obliga a hacerse amigo de una compañera de clase con leucemia. (FILMAFFINITY)
16 de octubre de 2016
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
La muerte ha inquietado a los seres humanos desde siempre, nos interrogamos sobre lugar a donde vamos, pero también nos angustia el proceso de morir en sí mismo. Para traer un poco de tranquilidad ante el miedo, hemos creado distintos relatos que sirven de respuesta para la pregunta por el más allá de la vida. La ciencia ha intentado darnos explicaciones basadas en una metodología razonable, sin embargo, no ha podido desplazar a las primeras respuestas.

Muchas películas han intentado abordar la muerte como problema y como experiencia vital fundamental. El cine, como otros medios creativos, se ha propuesto traer un poco de calma a nuestra angustia existencial. Pero Me and Earl and The dying girl, que llegó América Latina como Yo, Él y Raquel, no es una película sobre la muerte, ésta sirve como telón de fondo para hablar sobre la adolescencia, la amistad y la madurez, pero esos tampoco son el objeto final en este caso. Es una película sobre el cine y la experiencia que produce en nuestras vidas.

El director Alfonso Gómez-Rejón ha sabido hacer de la novela escrita por Jesse Andrews, quien también asume la adaptación del guión cinematográfico, el medio perfecto para homenajear al séptimo arte, a sus directores favoritos y así crear para nosotros, cinéfilos, un maravilloso obsequio. A través de distintos planos y movimientos de cámara Gómez-Rejón hace referencias a los cineastas que lo han inspirado y provoca una mirada distinta sobre esta historia.

Los primeros pasos de este joven director fueron por todo lo alto, trabajó como asistente de producción de Martin Scorsese en Casino. Recientemente dirigió 12 episodios de la serie American Horror Story y 8 capítulos del musical juvenil Glee. Esta es su segunda película, con la cual se alzó con los principales premios en la edición de este año del festival de Sundance.

Desde hace algún tiempo el cine indie ha relatado historias protagonizadas por niños entrando a la pubertad y jóvenes adolescentes, basta mencionar Juno, Miss Little Sunshine, Moonrise Kingdom o The Way Way Back. A pesar de las numerosas producciones el tema no se ha agotado. Vale la pena preguntarse por qué el cine independiente escoge con frecuencia la mirada juvenil como contenido o eje transversal para desarrollar temas variados.

Yo, Él y Raquel está protagonizada por Thomas Mann quien encarna a Greg, un joven que ha definido una estrategia para pasar por la secundaria sin tener ningún problema, se mantendrá lo más desapercibido posible, para lo cual debe evitar hacer amistades. Su único acompañante es Earl (Ronal Cyler), quien a su juicio es un "no amigo", simplemente alguien a quien conoce desde la infancia. El plan se verá frustrado cuando su madre lo obligue a pasar tiempo con Rachel (Olivia Cooke), una compañera de clases a quien acaban de diagnosticar con leucemia.

Greg nos hace saber que su padre es profesor de sociología en la universidad y cinéfilo, cuando narra el momento en el cual Earl y él se enamoraron del cine independiente al encontrarlo viendo Aguirre de Werner Herzog. Ese amor los llevó a ambos a dedicarse desde niños a realizar sus propias adaptaciones de los clásicos del cine. Así, una vez que ambos conocen a Rachel, deciden hacer una película para ella.

Desde el momento que Greg se ve obligado a compartir con Rachel empieza a cambiar, va trasformando su manera de ver y vivir a partir de su estrecha amistad con la “chica moribunda”. Hay cambios que sólo pueden suceder durante la adolescencia. Es así que, Yo, Él y Raquel también es una película sobre la amistad, la madurez y la muerte.
Mirada Crítica
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