Ira Levin -- en cuya obra se basa el guión de esta película --, acabo de confirmar mis sospechas, era judío. Los judíos, claro, los buenos de la película (Laurence Olivier y Lili Palmer como los hermanos Liebermann; Steve Guttenberg como Barry Kohler). Gregory Peck, como Mengele, el "nazi", es un personaje caricaturesco.

La escena del baile, donde tiene Mengele una crisis histérica, es típica del odio que los judíos sienten por los cristianos. Soy demasiado suspicaz para analizar esta película desde la perspectiva que parece ser la general, porque he estado suspendiendo el juicio sobre todo el tema del Holocausto y el nazismo. Ya debería haber leído a los revisionistas como David Irving, Leon Degrelle, Salvador Borrego, Alain Soral, Ernst Zündel, Pedro Varela y otros. Es una tarea pendiente.

Todos sabemos que Hollywood pertenece a los judíos. Estas películas son para mí propaganda judía, en la que el "pueblo elegido" siempre sale como víctima y los "malhechores" son todos aquellos que intentaron defenderse de ellos. No es necesario ser más explícita. Ha pasado un tiempo desde que vi el nazismo de la forma en que solía verlo toda mi vida. Se me cayó la venda de los ojos.

Al llegar a la parte en la que Ezra está hablando con un profesor de la Universidad de Viena y le cuenta sobre el proceso de clonación me ocurrió esa frase repetida hasta el cansancio por el escritor brasileño Olavo de Carvalho, como siendo el mantra de los comunistas. "Llámales de lo que eres, acúsales de lo que haces". Nosotros sabemos que los comunistas son una invención judía, como saben todos aquellos que han investigado sobre el tema.

Así es: ellos inventaron el proceso de clonación e hicieron todo lo que dicen que fue hecho por Hitler y los "nazis". ¡Qué cosa más repugnante! Los jázaros, los de la élite, son los falsos judíos. Los verdaderos judíos tienen que convertirse al Catolicismo. Los falsos arderán en la Geena.

¡Película ridícula! (No me refiero a la hermosa fotografía, los excelentes actores, sino al guión). La enésima película de Hollywood que presenta a Hitler como el diablo (y después se persigue a aquellos que dicen que la narrativa oficial no es cierta).

En el minuto 1:47:22 - los judíos dicen por boca de Mengele (recuerden que el diablo pone todo al revés): TENGO EL DINERO Y TENGO LA VOLUNTAD. ¡Y NADIE PUEDE DETENERME! Todo el diálogo final de Mengele con el niño Bobby es, una vez más, los judíos hablando por boca de Mengele: "¿Alguna vez te has sentido superior a los que te rodean, como un príncipe entre campesinos?" ¿Quién, sino la élite (judía, toda ella), se siente SUPERIOR a todos los demás seres humanos? (A ver si me censuran esta crítica. Están por todas partes, ellos, los censuradores).