16 de febrero de 2016
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
Cate es sensualidad, sexualidad, embaucadora, engancha, ... cada plano, cada roce de su mano con el pelo, cada movimiento de cadera, cada mirada... si, miradas que transmiten más allá de los sentimientos, transmiten alma... belleza y sinrazón... Rooney es vitalidad, descubrimiento, pasión, vibración, cada gesto de incredulidad esperanzada... cada paso adelante en su apertura sentimental... Belleza en los planos, en la calidez de la fotografía, aumentando con la historia, con la búsqueda de la felicidad, la pasión. Cada secuencia desinhibe hasta el clímax, hasta la unión del amor. Musicalidad en sus fotogramas, en su combinación de colores, de iluminación, de analogía dramática y visual. Musicalidad en el harpa que mezcla y busca la tensión y el desasosiego, la cercanía y el sinvivir. Es una película de amor, sin paliativos, con unas interpretaciones inmensas.
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