Una producción cutre y desaprovechada, hasta con los magníficos espacios naturales en los que se han rodado algunas escenas. Casi toda la película parece una anuncio de muebles o un catálogo de ropa. La sensación de que todo es artificial está por todas partes.
La Dirección no hay por donde cogerla. Plana, vulgar y sin ideas. Se reduce a numerosos primeros planos de carácter contemplativo y a una lentitud que te lleva al aburrimiento. La narración es caótica, a base de saltos sin sentido, con numerosas secuencias irrelevantes que no aportan nada ni a la Historia ni a los personajes, algunas de vergüenza ajena. Las absurdas escenas de sexo me han recordado a los pegotes de las peores películas españolas. Todo lo que cuenta y transmite se percibe como una farsa.
Y de la Historia para qué hablar si es que se le puede llamar Historia. Un dramón exagerado y absurdo, a base de reiterar alcohol, tabaco y sexo, pasados de vueltas, que no hay quien se lo trague; y en el que no sucede nada, aparte de follar.
Los protagonistas dedicados al noble arte de mirar fijamente a la camara en los contínuos primeros planos, con aire de sufrimiento trascendente; y a actuar de forma exagerada y artifcial cuando no. No son creíbles, todo lo contrario, los papeles son una impostura.
Esta película es el perfecto ejemplo de cómo el Cine francés se ha quedado estancado y cada vez es de peor calidad.