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España España · Granada
Voto de Kikivall:
9
Cine negro. Thriller. Intriga La vida de Al Roberts, un pianista de Nueva York, se convierte en una pesadilla cuando decide hacer auto-stop para buscar a su novia que vive en Los Ángeles. Lo que Roberts no puede imaginar, es que su periplo se verá envuelto en una serie de problemáticos acontecimientos que acabarán arrastrándolo a una situación límite. (FILMAFFINITY)
8 de mayo de 2023
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Estamos ante una gran película de breve metraje, pero cine importante, una historia que mantiene la atención los 65 minutos que dura. Con intriga, suspense y muchas ganas por saber cómo acaba, qué fin tiene. Gran dirección de Edgar G. Ulmer (maestro del cine B) y un guion de Martin Goldsmith, adaptación de su novela homónima de 1939.

El personaje, de nombre Roberts, es un pianista de Nueva York, que tiene una novia cantante y que un día decide ir a Los Angeles en busca de una oportunidad. Roberts queda muy añorante, pues quería casarse con ella, pero se queda aún por un tiempo en N.Y. a la espera de marchar junto a su amada.

En una de esas, sin apenas dinero ni bien alguno, decide marchar de N.Y. a Los Angeles y lo hace en autostop. Pero Roberts no puede imaginar que su son hará, que en su periplo se vea envuelto en un encadenamiento de acontecimientos problemáticos e incluso perturbadores, que acabarán arrastrándolo a una situación límite y calamitosa.

En suma, el pianista atraviesa el país para encontrarse con su novia y se mete en un embrollo superlativo al fallecer el hombre que lo ha recogido en su coche y ser reconocido luego por la mujer (Savage) que éste recoge, a su vez, con el coche del occiso, que culmina con una memorable e ingeniosa segunda muerte, que cierra plan Kafka semejante thriller.

Película con evidente tono pesadillesco, como si se tratara de un extravío o una alucinación, o un delirio. Hay una voz en off que, junto a una fotografía de Benjamin H. Kline que hace uso de las sombras y el ingenio de Ulmer consiguen, todo ello consigue un clima de desasosiego, muy propio de la situación tan extrema como extraña.

La música, de Leo Erdody, ofrece una partitura jazzística vibrante que en ocasiones cede el protagonismo a violines. Como música podemos escuchar el “Vals Op. 64” (Chopin), la canción “I Can’t Relieve You Fall in Love with Me” y la composición “I’M Always Chasing Rainbows”.

Planos fijos, en el coche, apenas tres o cuatro escenarios y utilizando la elipsis alguna vez de forma muy inteligente.

La protagonista tiene un aspecto estremecedor. Hay una fase del filme en que es él quien conduce y ella parece que duerme, que es de verdad acojonante. De repente ella abre un ojo y le mira; sin plano detalle, sin énfasis. Simplemente, sin venir al caso, le está mirando.

Película de culto, el caso de cómo un filme realizado en seis días, con muy pocos medios y un reparto barato (pero eficiente), consigue ser un thriller fascinante, de sugestiva atmósfera, que parece remitir al experimentalismo alemán.

El cine no suele emplear la perspectiva hasta el punto de “engañar” al público haciendo pasar por auténticas situaciones que no son más que ensoñaciones.

Entre los intérpretes destacan un interesante Tom Neal como el protagonista Al Roberts y Ann Savage como Vera, la joven a la que recoge en el auto para llevarla. Al es un hombre de poca intensidad, introvertido, melancólico, pasivo y de carácter frágil. Por el contrario, Vera es dominante, exigente, egoísta, ácida y agresiva.

El filme es crimen, drama, cine negro, enigma, misterio, thriller y road movie. Un ejemplo de los principios, reglas, usos y prácticas de este tipo de cine.

Ulmer, formado en la escuela de Murnau, realiza más de cuarenta películas entre 1929 y 1965. De 1942 a 1946 trabaja como realizador de pelis de serie B. esta cinta no fue estrenada comercialmente en España, pero es una obra paradigmática sobre la fatalidad.

De cómo el destino antojadizo puede torcer la suerte hasta el punto de hundirla en un infierno de amargura, dolor y desesperación. El destino como fuerza superior a todo, el “sino” que no se somete a leyes ni reglas, que es pertinaz, pudiendo ser extremadamente cruel.

Al final, la obra sume al espectador en un mar de dudas e imprecisiones.
Kikivall
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