Siempre el público en general se ha contentado y ha asumido la maldad y la ambición perversa de Cruella, habiendo quedado esa imagen en la memoria colectiva de cuantos por miles hemos visto la versión clásica de Disney y siguientes.

En ese sentido es de agradecer la idea del director Gillespien. Es claramente una “precuela”, o sea, la historia de esta cinta se coloca antes de la Cruella adulta, cuando el personaje es una niña. De manera que el filme cuenta la infancia y juventud de Cruella y todos los avatares que la envolvieron, como en un intento de ofrecer una explicación psicológica al personaje que sería de mayor.

En el argumento tenemos a una niña muy creativa e inteligente con un gran talento para la moda. Su nombre es Estella Miller, pero tiene una vena cruel, lo que lleva a su madre Catherine a apodarla "Cruella". Como quiera que la niña es muy rebelde, su “madre” saca a su hija del colegio y planea mudarse a Londres.

De camino hace un receso y entra en una fiesta organizada por la rica baronesa von Hellman para pedirle ayuda económica. Estella es testigo de que unos feroces dálmatas de la baronesa atacan a su madre.

Estella, sola y con la mitad del pelo negro y la otra mitad blanco, se dirige sola a Londres y hace amistad con dos pequeños vagabundos, Jasper y Horace, muchachos que son ladronzuelos y muy espabilados. La niña, para pasar desapercibida, se tiñe el pelo blanco y negro de rojo.

Diez años después Jasper y Horace le consiguen un trabajo a Estella en los grandes almacenes Liberty como limpiadora. En una de esas Estella crea unos diseños que son admirados por la Baronesa, una tirana diseñadora de alta costura, que le ofrece un trabajo. La chica se gana el favor de la Baronesa, pero se da cuenta que su jefa lleva algo que perteneció a Catherine y se propone recuperarlo.

Estella, bajo el disfraz de Cruella y llevando su color de pelo natural, se cuela en una de las fiestas de la Baronesa para robar el collar (lo cual hace) y se burla de la ella apareciendo en sus reuniones y haciéndose pasar por Cruella con extravagantes trajes de diseño.

Sus payasadas obtienen publicidad a través de su amiga de la infancia, Anita, una columnista de cotilleos. El comportamiento altivo de Cruella enfada a Jasper y a Horace, así como a la Baronesa.

Tras muchos avatares, Estella monta su propio espectáculo de moda. Finalmente, la joven y sus amigos serán apresados por Cruella, Estella es rescatada por el criado de la Baronesa hará un descubrimiento crucial para explicar quién es ella realmente.

Magnifica dirección Craig Gillespie guiado por un excelente guion de Dana Fox y Tony McNamara, siempre presente la novela de la Smith. Unas notas musicales sugerentes de Nicholas Britell donde cada secuencia empieza con un tema rock o pop sesentero hasta el punto de que las imágenes parecen estar al servicio de las canciones y no al revés. Tiene la obra una magnífica puesta en escena y un bellísimo vestuario.

El reparto es de lujo con Emma Stone inconmensurable como Estella-Cruella, bonita y expresiva. No le va a la zaga una maravillosa Emma Thompson que pone en valor su elegancia y su belleza madura, interpretando un rol de villana elegante y creativa.

Como decía, la película es una precuela, ya que cuenta cómo la selecta villana de la fantasía Disney, se convirtió en lo que siempre habíamos visto: una mujer malvada que tiene también en esta cinta su lado bueno y positivo.

Interesante la ambientación del Londres de los 60 y 70, la cuna de la moda más revolucionaria y lugar idóneo para la colisión de egos y estéticas en el diseño de alta costura.

La trama general, con su dosis de venganza, acaba siendo lo irrelevante pues la peli está hecha para un público maduro que sabe valorar la puesta en escena, la genial fotografía de Nicolas Karakatsanis y las interpretaciones de la Stone y la Thompson.