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Voto de Kikivall:
7
6,1
7.566
Comedia. Musical. Romance
Valladolid, 1989. David y Layla acaban de empezar Octavo de E.G.B. y a ambos les encanta el grupo “Hombres G”. También se gustan mucho entre ellos, pero como a David le aconsejan tan mal sus amigos, todas las cosas que hace para conquistarla terminan siempre siendo un fracaso. A pesar de todo, los dos se hacen inseparables y siempre se lo están pasando bien. Muy bien. Valladolid. Poco más de treinta años después. David y Layla no se han ... [+]
14 de agosto de 2022
17 de 31 usuarios han encontrado esta crítica útil
Escuche al salir de la sala a una señora decir: “muy linda”. Pues sí, ese es el resumen, una linda película muy bien llevada a término por el director David Serrano, buen libreto de Serrano y Luz Cepeda, y una historia con gracia, humor y ternura.
Tiene una música magnífica de Zeltia Montes y sobre todo, “Hombres G” y sus ya míticas canciones para varias generaciones. Como comedia musical que es, cuenta con unas coreografías meritorias y saltos en el tiempo muy bien compaginados, que cuentan una historia entrañable de amor y nostalgia.
Se desarrolla en Valladolid (de paso vemos esa bonita ciudad) en 1989, cuando los protagonistas David y Layla están acabando Octavo de E.G.B. y a los dos les encantan “Hombres G”, pero ellos también se gustan mucho y con altos y bajos, lo pasan muy genial hasta su despedida.
Pero también vemos a estos personajes, de nuevo en Valladolid, treinta años después. David y Layla no se han visto con anterioridad, pero siempre han recordado y tenido en cuenta su amor de pubertad. Layla ahora es directora de cine y ha ganado un Oscar y David tiene una librería y ha escrito un libro intrascendente. Cuando Layla vuelve a la ciudad para recibir un homenaje, ambos volverán a pasar una semana juntos, dándose cuenta de que su amor no ha desaparecido.
Hay en el filme una cálida y sentida reivindicación del cine familiar hispano, con complicidad, cercanía, y en tanto, Serrano construye secuencias tan graciosas como memorables.
Es igualmente una oda a la amistad adolescente en una ciudad de provincias a finales de los años ochenta, a la vez que homenaje al grupo de David Summers que se erige a modo de festival del cine del Summers padre, que ya glosara las desventuras de los “Hombres G” en películas afectuosas y festivas.
El reparto es excelente, con actores de primer nivel que lo hacen muy bien, tanto cuando son adultos como cuando son niños. Sorprendente la selección de chavales: Renata Hermida, Rodrigo Díaz, Izan Fernández, Rodrigo Gibaja, Javier García y algún otro que complementa, como David Lorente, como maestro, estupendo; y figuras adultas todas muy estupendas como Dani Rovira, Raúl Arévalo o la mexicana Karla Souza (algo más flojita).
En suma, una película que augura éxito en taquilla, quizá algún Goya, que no defrauda y que, sin duda, merece la pena ser vista.
Tiene una música magnífica de Zeltia Montes y sobre todo, “Hombres G” y sus ya míticas canciones para varias generaciones. Como comedia musical que es, cuenta con unas coreografías meritorias y saltos en el tiempo muy bien compaginados, que cuentan una historia entrañable de amor y nostalgia.
Se desarrolla en Valladolid (de paso vemos esa bonita ciudad) en 1989, cuando los protagonistas David y Layla están acabando Octavo de E.G.B. y a los dos les encantan “Hombres G”, pero ellos también se gustan mucho y con altos y bajos, lo pasan muy genial hasta su despedida.
Pero también vemos a estos personajes, de nuevo en Valladolid, treinta años después. David y Layla no se han visto con anterioridad, pero siempre han recordado y tenido en cuenta su amor de pubertad. Layla ahora es directora de cine y ha ganado un Oscar y David tiene una librería y ha escrito un libro intrascendente. Cuando Layla vuelve a la ciudad para recibir un homenaje, ambos volverán a pasar una semana juntos, dándose cuenta de que su amor no ha desaparecido.
Hay en el filme una cálida y sentida reivindicación del cine familiar hispano, con complicidad, cercanía, y en tanto, Serrano construye secuencias tan graciosas como memorables.
Es igualmente una oda a la amistad adolescente en una ciudad de provincias a finales de los años ochenta, a la vez que homenaje al grupo de David Summers que se erige a modo de festival del cine del Summers padre, que ya glosara las desventuras de los “Hombres G” en películas afectuosas y festivas.
El reparto es excelente, con actores de primer nivel que lo hacen muy bien, tanto cuando son adultos como cuando son niños. Sorprendente la selección de chavales: Renata Hermida, Rodrigo Díaz, Izan Fernández, Rodrigo Gibaja, Javier García y algún otro que complementa, como David Lorente, como maestro, estupendo; y figuras adultas todas muy estupendas como Dani Rovira, Raúl Arévalo o la mexicana Karla Souza (algo más flojita).
En suma, una película que augura éxito en taquilla, quizá algún Goya, que no defrauda y que, sin duda, merece la pena ser vista.