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España España · Granada
Voto de Kikivall:
8
Terror. Intriga. Thriller Marion Crane, una joven secretaria, tras cometer el robo de un dinero en su empresa, huye de la ciudad y, después de conducir durante horas, decide descansar en un pequeño y apartado motel de carretera regentado por un tímido joven, Norman Bates, que vive en la casa de al lado con su madre. (FILMAFFINITY)
4 de mayo de 2019
2 de 2 usuarios han encontrado esta crítica útil
A la bonita ladrona-secretaria Marion Crane que huye con el botín, nadie le dijo que no tenía que parar en aquel Motel perdido en medio de carretera donde vive un tímido y excéntrico Norman junto a su madre: ¡madre mía la que le espera!

De esta película ya se ha dicho casi todo, pero como para mí es una de esas obras emblemáticas del GRAN Hitchcock, yo también quiero hacer mi aportación, aunque eso sí, de manera sucinta y lo más clara posible.

Nadie va a poner en duda que es una obra maestra del terror y de las pelis de crímenes con trasfondo horripilante. El miedo, la tensión o la intriga más desasosegantes no nos abandonan desde prácticamente el comienzo. Además, Hitchcock trazó con esta película una línea divisoria, un antes y un después en el thriller de terror, lo cual no poco. Nunca antes se había hablado de un personaje tan loco y psicópata como el que magistralmente interpreta en la cinta un Anthony Perkins que quedó ya para siempre como el maléfico Norman Bates. Incluso yo diría que el personaje lo apisonó para siempre y si lo veíamos en otra peli, mirábamos al inquietante Norman, al punto de interpretar otras secuelas como Psicosis: I, II, III o IV; amén de que a Perkins le afectó psicológicamente y de manera terminante este trabajo.

Y decía que hay un antes y un después tras “Psicosis”; efectivamente, con su obra Hitchcock da a luz al subgénero cinematográfico denominado “slasher” (que deriva de la palabra «slash»: «cuchillada» o «corte» en inglés); esta modalidad de cine de terror destaca por la presencia de un psicópata que asesina brutalmente a mujeres jóvenes que se encuentran solas. Pues bien, esto es Psicosis, y la escena de la ducha y ese sonido medio música terrible, medio onomatopeya chirriante, han quedado ya para siempre en los sentidos de cuantos hemos disfrutado y sufrido con esta escena, momento álgido en el cual muchos hasta se tapan los ojos.

Por cierto, es un film que puede verse varias veces y aunque sea la cuarta o la octava, la adrenalina sigue impregnando hasta la coronilla, pues su narración, su trama, sus entresijos conectan con nuestras filias y fobias más ocultas pero presentes, ese hilo de pánico que nos lleva como una vía regia a nuestras pesadillas y anhelos inconfesables, todo a la vez.
Kikivall
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