Esta película es una obra de acción que tiene su principal activo en Russell Crowe en plena juventud, como agente del FBI que se ve envuelto en una farragosa trama de suicidios, violencia Yakuza japonesa, rapto de aviones, disparos a discreción, otras mafias diversas, donde no se sabe quién es el malo o el bueno, dirección pésima, guión aberrante, interpretación –salvando algo de Crowe- regularísima, etc. Y entonces, mientras la veía, pensaba yo cuán difícil debe ser hacer una peli. Porque Cappello –que no tiene currículo, pero bueno- lo tenía todo para esta película: presupuesto, reparto, medios, etc. y sin embargo lo que le sale es una obra que yo para mis adentros califico de “relativismo cinematográfico”, es decir, del todo vale: que hay que producir muchos disparos, que hay que soportar el personaje estúpido de una azafata que aún no sé qué hace dentro de esta tramoya insensata, que no se sabe quién es quién, etc. . En fin, si no la habéis visto, nada os habéis perdido. Y si la veis anunciada en TV, cambiad al pato Donald e incluso al Telediario. Mala, filme nefasto que produce dolor en las posaderas.