La idea que subyace en la película es muy brillante y sumamente original, jamás explotada por el cine de espías. Sin embargo la estructuración del guión y la mediocre dirección son un quiero y no puedo que pesan a la hora de una evaluación crítica. Es una cinta entretenida que se deja ver pero que podría haber sido mucho más en unas manos hábiles. La dicotomía del papel protagonista, sumamente complejo y con grandes posibilidades, se merecía sin duda algo mejor.

Siempre he creído que es mejor intuir que mostrar, y esta película opta erróneamente por la segunda opción. La sucesión de flashbacks no convence nada y menos esa fotografía extraña usada para contarlos, como si se hubiese encontrado el metraje en algún archivo perdido de la mano de Dios. El tufillo a telefilm de por la tarde no abandona el film en casi ningún momento y el final es bastante previsible, aunque hay momentos de gran tensión, como la escena de la cuna. Cuenta con un buen elenco y siempre es bueno ver de nuevo a la gran Liv Ullmann.

En fin, es una película entretenida para pasar un rato agradable, pero no es excelente. Y lo peor: que pudo haberlo sido.