Película francamente entretenida, que narra las aventuras/desventuras de un morocho (Eddie Murphie) llamado Norbit, que termina casándose con una mujer obesa (Eddie Murphie), que fuera adoptado oportunamente por un señor chino (Eddie Murphie) en un curioso proceso familiar que lo tiene a él como todos los protagonistas. Tiene buen ritmo, humor permanente, ciertamente con un hincapié en el humor disparatado burlón hacia los obesos, los negros, etcétera (En un momento que Norbit es atacado por otros colegas raciales invoca ante un crucifijo: "Dios de los blancos, protégeme de estos negros"). Así, si la película es vista con una mirada no susceptible por algunas bromas que se deslizan y cierta ridiculización a algunos grupos, termina siendo bastante divertida, y muy bien actuada.