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Voto de antonio1004:
6
6,2
380
Comedia. Fantástico
Ramiro y Teófilo son grandes amigos y comparten inquietudes que los unen en sus desventuras. Sus intentos de triunfo artístico fracasan y un día Ramiro, el más descontento, le propone a su amigo que el primero de los dos que muera tiene que ocuparse del otro para guiarle en su vida. (FILMAFFINITY)
20 de diciembre de 2009
15 de 15 usuarios han encontrado esta crítica útil
Curiosa fantasía popular patria de tono cómico y cierta vena moralizante, si bien es cierto nada molesta, incluso simpática al fin y al cabo. Desde el plano técnico el film ofrece ciertas singularidades; una narración original basada en la presencia del propio Destino como narrador; un algo bisoño, pero curioso y apreciable, uso de pequeños efectos especiales sorprendentes para la época, unidos con otros más convencionales como el movimiento de objetivos inanimados o la creación de lugares espectrales por medio de la iluminación y el uso de los cañones de humo. A la película no le falta ritmo, quizá el sentido del humor en algún momento parece no haber superado el paso de los años, pero el ingenio del guión y de sus situaciones, aunque no estén explotadas con la brillantez que el relato merece, si están resueltas más que dignamente, no en cambio, dejan cierto regusto a apolillado, las imágenes no terminan de superar la época a la que pertenecen.
Es la historia de Ramiro (acertadamente interpretado por Rafael Durán), un joven autor teatral de escasa reputación que intenta abrirse camino en el duro mundo del espectáculo y que ve como se le cierran todas las puertas. Muy fina y sigilosamente el guión ya va avanzando (desde la siempre equivocada boca de Ramiro) lo absurdo de nuestras vidas, el destino se muestra más como una mera casualidad que como una consecuencia lógica de nuestros actos, es más, cuando Ramiro intenta creer que los hechos que le suceden son debido a lo infalible e invariable de su destino es cuando vemos se equivoca de lleno.
El film arranca con el mayor de sus atractivos, la original presencia de El Destino en persona, encarnado por un afable anciano que durante el desarrollo del film hará las veces de narrador. Su primera aparición no puede ser más significativa (y de la que proviene el título de la cinta) pues nos ofrece sus disculpas, y también sus quejas, ojo, ante el respetable porque siempre tenga que ser el destino el culpable de todos su males, o bienes, pues no están estos más que en las manos de cada uno de nosotros, sirviendo la historia que nos pasa a contar como una acertada moraleja' que resume, y en la que se basan, las claves del film. Saénz de Heredia con este gesto nos dice, sin decirlo, que se sienta en el sillón del destino para narrar la historia, es decir, el destino no es otro que él, el propio narrador que sostiene los hilos por los que se mueven sus personajes. Con este inicio el film cambia por completo la perspectiva habitual del espectador, logrando realmente de este modo un sólido toque de fábula y fantasía que ya traspasa la pantalla desde un principio.
Es la historia de Ramiro (acertadamente interpretado por Rafael Durán), un joven autor teatral de escasa reputación que intenta abrirse camino en el duro mundo del espectáculo y que ve como se le cierran todas las puertas. Muy fina y sigilosamente el guión ya va avanzando (desde la siempre equivocada boca de Ramiro) lo absurdo de nuestras vidas, el destino se muestra más como una mera casualidad que como una consecuencia lógica de nuestros actos, es más, cuando Ramiro intenta creer que los hechos que le suceden son debido a lo infalible e invariable de su destino es cuando vemos se equivoca de lleno.
El film arranca con el mayor de sus atractivos, la original presencia de El Destino en persona, encarnado por un afable anciano que durante el desarrollo del film hará las veces de narrador. Su primera aparición no puede ser más significativa (y de la que proviene el título de la cinta) pues nos ofrece sus disculpas, y también sus quejas, ojo, ante el respetable porque siempre tenga que ser el destino el culpable de todos su males, o bienes, pues no están estos más que en las manos de cada uno de nosotros, sirviendo la historia que nos pasa a contar como una acertada moraleja' que resume, y en la que se basan, las claves del film. Saénz de Heredia con este gesto nos dice, sin decirlo, que se sienta en el sillón del destino para narrar la historia, es decir, el destino no es otro que él, el propio narrador que sostiene los hilos por los que se mueven sus personajes. Con este inicio el film cambia por completo la perspectiva habitual del espectador, logrando realmente de este modo un sólido toque de fábula y fantasía que ya traspasa la pantalla desde un principio.
SPOILER: El resto de la crítica puede desvelar partes de la trama.
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spoiler:
El teatro de la vida y la vida del teatro tenían que estar presentes en la historia. No es casualidad que tras la aparición de El Destino el discurrir de los protagonistas arranque precisamente en un escenario teatral, para nada. Este detalle simboliza y vuelva a señalar una realidad antes mencionada, la vida (o el destino) es un teatro, y nosotros sus actores.
Una noche los dos amigos realizan un pacto, de existir la otra vida el primero de los dos que muera tiene que ayudar al otro para seguir adelante. Y por ir por una calle distinta (casualidad o causalidad es la cuestión) Teófilo muere atropellado. Como era de esperar, y equivocadamente, le echan la culpa al destino, un destino que no tardará en hacerles resarcirse de su error. El fantasma de Teófilo, un poco a lo Cuento de Navidad de Dickens, se le comienza a aparecer a Ramiro, un Ramiro que en un primer momento se muestra completamente escéptico y rechaza las palabras de su amigo (geniales y divertidísimas las apariciones fantasmales de Fernando Fernán Gómez en diversas formas y figuras cotidianas como perchas o quesos), unas palabras que son para el ahora, advierten un futuro equivocado, pero no tienen la capacidad de mostrarlo, de ahí que Ramiro no llegue a creer las palabras de nuestro particular Pepito Grillo, si no que mientras le crece la nariz sigue confiando en el camino que le ofrece un destino totalmente equivocado y que él mismo sabe no le pertenece, interesante paradoja, quizá es por no saber apreciar lo que posee(mos) por lo que siempre intenta(mos) alcanzar lo que no es suyo (nuestro).
Por concluir, fue 1945 un año de singular importancia en el cine fantástico costumbrista español, por así llamarlo, el estreno de "La vida en un hilo" (Edgar Neville) y la que no os ocupa, "El destino se disculpa", nos han dejado sin duda una imborrable huella en el género. Si en el film de Neville la protagonista, gracias a la ayuda de una vidente, tenía la posibilidad de comprobar como habría sido su vida de haber tomado una decisión distinta para luego poder hacerla realidad, en la obra de Sáenz de Heredia en todo momento, y sin la necesidad de dos líneas narrativas claramente diferenciadas, vivimos con las dos posibles vidas del protagonista; a la que nunca presta atención y desprecia, que son su casa, su madre, sus orígines humildes y el amor puro de una joven a la que ningunea; y la que equivocadamente elige, esa búsqueda del poder a toda costa para aumentar su clase social, llegando hasta el punto de prometerse con una mujer que no ama más que su dinero, En ambas, al final se le deja una puerta abierta al espectador para la esperanza, los protagonistas tienen la posibilidad de redimirse para antes de que sea tarde aferrarse fuertemente a la realidad que no habían vivido.
Una noche los dos amigos realizan un pacto, de existir la otra vida el primero de los dos que muera tiene que ayudar al otro para seguir adelante. Y por ir por una calle distinta (casualidad o causalidad es la cuestión) Teófilo muere atropellado. Como era de esperar, y equivocadamente, le echan la culpa al destino, un destino que no tardará en hacerles resarcirse de su error. El fantasma de Teófilo, un poco a lo Cuento de Navidad de Dickens, se le comienza a aparecer a Ramiro, un Ramiro que en un primer momento se muestra completamente escéptico y rechaza las palabras de su amigo (geniales y divertidísimas las apariciones fantasmales de Fernando Fernán Gómez en diversas formas y figuras cotidianas como perchas o quesos), unas palabras que son para el ahora, advierten un futuro equivocado, pero no tienen la capacidad de mostrarlo, de ahí que Ramiro no llegue a creer las palabras de nuestro particular Pepito Grillo, si no que mientras le crece la nariz sigue confiando en el camino que le ofrece un destino totalmente equivocado y que él mismo sabe no le pertenece, interesante paradoja, quizá es por no saber apreciar lo que posee(mos) por lo que siempre intenta(mos) alcanzar lo que no es suyo (nuestro).
Por concluir, fue 1945 un año de singular importancia en el cine fantástico costumbrista español, por así llamarlo, el estreno de "La vida en un hilo" (Edgar Neville) y la que no os ocupa, "El destino se disculpa", nos han dejado sin duda una imborrable huella en el género. Si en el film de Neville la protagonista, gracias a la ayuda de una vidente, tenía la posibilidad de comprobar como habría sido su vida de haber tomado una decisión distinta para luego poder hacerla realidad, en la obra de Sáenz de Heredia en todo momento, y sin la necesidad de dos líneas narrativas claramente diferenciadas, vivimos con las dos posibles vidas del protagonista; a la que nunca presta atención y desprecia, que son su casa, su madre, sus orígines humildes y el amor puro de una joven a la que ningunea; y la que equivocadamente elige, esa búsqueda del poder a toda costa para aumentar su clase social, llegando hasta el punto de prometerse con una mujer que no ama más que su dinero, En ambas, al final se le deja una puerta abierta al espectador para la esperanza, los protagonistas tienen la posibilidad de redimirse para antes de que sea tarde aferrarse fuertemente a la realidad que no habían vivido.