Me enteré del estreno de la segunda entrega de Mike Flanagan unos cinco o seis días antes. Tengo que reconocer que fue de esas sorpresas que te llenan el día; yo, que me había disfrutado la primera entrega como nadie. Así que me hice mi rutinario trabajo mental: “No dejes que las ganas/opiniones superen la realidad”, acostumbrado a mis decepciones pasadas por un exceso de ganas u opiniones que tienden a la perfección y generan unas expectativas desproporcionadas.

Dos días he tardado en mirarme los 9 capítulos de la serie. Antes de nada, felicitar y hacer alarde de la magnífica interpretación de Victoria Pedretti (Dani), Benjamin Evan (Miles) y Amelie Smith (Flora). He de reconocer que desde el primer momento en que Flora abrió la boca he maldecido a su personaje, pero ha sido por la espléndida interpretación más que por la falta de pericia.

Sinopsis: Danielle Clayton (Victoria Pedretti), norteamericana que decide continuar su vida en Inglaterra consigue un puesto de Au Paire de dos niños: Flora (Amelie) y Miles (Benjamin); que viven en una mansión junto con la ama de llaves Hannah (T’Nia Miller), el chef personal Owen (Rahul Kohli) y la jardinera Jamie (Amelia Eve). En esa mansión pesa la tragedia de la muerte del matrimonio Wingrave (padres de los niños) y del suicidio de la anterior au paire, Rebeca. La historia gira en torno al misterio que envuelve cada personaje de esa mansión, desarrollando su razón de ser y actuar.

En mi día a día tengo presente una de las citas de una película X: “Dice (…) que siempre hay alguien mejor que tú y que si no puedes superarle, róbaselo y aprovéchate”. Es por esta misma razón por la que me apunto frases que me gustan, ya sean de libros, entrevistas, películas u otras situaciones que se me aparezcan, que tarde o temprano acabo usando (véase el ejemplo).

Pues bien, la cita que en esta ocasión he “robado” es: “Me ha gustado tu historia, pero creo que la has planteado mal al principio (…) Has dicho que era de fantasmas, y no lo es. Es una historia de amor.”. Algún lector se preguntará: ¿y esto a qué viene? Pues esto es lo mismo que cuando alguien que te gusta te dice: “Oye mis padres no están en casa en todas las vacaciones”. Esos mensajes que no solo esconden una información de su significado literal, sino que van más allá. Un codazo o una ceja levantándose en movimientos intermitentes. Pero claro, requiere atención.

Hay subgéneros de terror y subgéneros de personas. Está el “horror”, como una carta de la DGT; el “thriller”, como un retraso en la menstruación; o el “terror psicológico”, como un “Voy a volver a mirar Pasión de Gavilanes”. Hecha la aclaración, la valoración de una película del género de terror no debe realizarse en función del miedo que nos genere. También tendemos a confundir que el género terror debe acabar mal. Somos fans incondicionales de las desgracias ajenas, y si no que alguien me explique el éxito televisivo actual de la Isla de las Tentaciones.

La maldición de Bly Manor juega con los tres subtipos citados ut supra, como la mayoría de las películas/series, sin embargo, y aquí radica la diferencia, tiene un componente sentimental y un horror más “light”. Es más un thriller por el hecho de mantener al espectador atento a una explicación final que un horror film.
Sí, hay elementos paranormales, pero ¿y si estos se combinan con sentimientos? ¿Es “La llegada (Arrival)” un film malo por no combinar alienígenas y exterminio? Obviamente que no, que cada creación tiene su análisis y requiere de un espectador que sepa ponerse las gafas, tenga conocimiento de lo que le rodea y pueda adaptarse al entorno.

En conclusión, si lo que andas buscando es una serie que te cague de miedo porque eres sadomasoquista y te gusta esa sensación, pues no, esta no es tu serie. En cambio, si te gustan los elementos paranormales, echarle imaginación a las cosas y posees empatía (RAE: “Capacidad de identificarse con alguien y compartir sus sentimientos”), estás de enhorabuena.

P.D. Tampoco entiendo que la gente vea series de este tipo buscando acción. Puede que tenga sus momentos de diálogos densos, pero vuelvo a repetir, respetando en todo momento los gustos del espectador, que esta serie es buena por la duda que genera. No es que sea lenta, es que nos hemos vuelto ansias, y eso requiere trabajo.