Grandísima película del maestro del cine dentro del cine; me explico, la desaforada cultura cinematográfica de don Quentin se manifiesta en toda su obra, y aquí todavía más, tras dos espléndidas pelis como Reservoir Dogs y Pulp Fiction; Tarantino sigue rescantando "cadáveres" del inmenso armario fílmico que atesora, como son Pam Grier y Robert Forster, soberbios ambos. Realmente la tercera obra tarantiniana constituye una historia de amor maduro, tal vez platónico, de personajes que asumen el paso del tiempo, y que quieren dar otra vuelta de tuerca a su vida, sin desdeñar las piezas claves de toda su obra, como esos diálogos brillantes, de pseudofilosofía de mercadillo, el brillante diseño de los personajes, plagados de luces y sombras, que pueden ser divertidos y terribles, como el Ordell genialmente inventado por Samuel L. Jackson, o esa Melanie- Bridget Fonda, cuyo objetivo en la vida es colocarse y ver la tele, no necesariamente en ese orden, o ese Louis- Robert de Niro, en fin, un elenco excepcional que Tarantino maneja con su habitual maestría en la que , para mí, constituye la obra más completa del de Knoxville.