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6
6,9
51.327
Romance. Drama
Japón, 1929. Chiyo, una niña de nueve años, es vendida por sus padres para trabajar en la casa de Geishas de Nitta Okiya. Su hermana mayor Satsu no es aceptada y es enviada a un prostíbulo. En la casa Chiyo conoce a Pumpkin, otra niña que va a ser instruida para ser geisha, así como a las famosas geishas Hatsumomo (Gong Li) y su rival Mameha (Michelle Yeoh). Los comienzos de Chiyo (Zhang Ziyi) son duros, pero un encuentro con el que ... [+]
10 de noviembre de 2020
1 de 1 usuarios han encontrado esta crítica útil
En ocasiones, la pertinaz llovizna, la mucha carita de marfil y la demasiada oscuridad, tan típica de las películas de Rob Marshall, hacen pensar en Harrison Ford paseando con su placa por las calles de Blade Runner. Al margen de ello, no habría pasado nada si la historia de Chiyo, una historia que ni de lejos se abre camino como el agua, no nos hubiera sido contada.
A pesar de que a ratos suena más de lo deseable a Richard Robbins, quizá sea la música de John Williams, pues lo demás son sombras, lo mejor de una película poco novedosa: malos y buenos, ricos y pobres, envidias, ruindades. No es sólo que la trama sea la de Cenicienta, con calabaza y todo, claro, sino que la cosa tiene tintes, también, de El cazador de Michael Cimino, de El perfume de Tom Tykwer e, incluso, de El chico de oro de Michael Ritchie, aunque parezca mentira.
Que a mí, particularmente, estas MEMORIAS no me han parado en seco con una mirada.
A pesar de que a ratos suena más de lo deseable a Richard Robbins, quizá sea la música de John Williams, pues lo demás son sombras, lo mejor de una película poco novedosa: malos y buenos, ricos y pobres, envidias, ruindades. No es sólo que la trama sea la de Cenicienta, con calabaza y todo, claro, sino que la cosa tiene tintes, también, de El cazador de Michael Cimino, de El perfume de Tom Tykwer e, incluso, de El chico de oro de Michael Ritchie, aunque parezca mentira.
Que a mí, particularmente, estas MEMORIAS no me han parado en seco con una mirada.