Llega el verano y con él, las típicas producciones de esta calurosa estación, dedicada al descanso tanto físico como mental. Así, la última incursión el Rey Midas en la ciencia-ficción se convierte en un producto totalmente encajado en este tipo de filmes, en los que lo que prima es la pirotecnia, los fuegos de artificio y los guiones huecos. Cine para no complicarse.

Y esto es “La Guerra de los Mundos”. Una película que obvia las numerosas virtudes que posee la obra homónima de H.G.Wells., para mostrarnos una historia facilona y consabida, endulzada al mas puro estilo Spielberg, y protagonizadas por actores de renombre.

Que la película pierda todo interés antes de que transcurra media hora, quizá no importe. Que haya saturación de efectos especiales y situaciones vacuas de guión (uno de los más flojos que se le recuerdan a Koepp) quizá tampoco. Total, estamos en verano y lo que importa es despejar la mente. Eso sí, en verano también se pueden hacer otras cosas a parte de ir al cine a ver productos mediocres como este. Se puede leer uno un libro. Es por eso por lo que me voy a permitir dar un consejo: Mejor que ir al cine a ver esto, leer la novela. Lo agradeceréis...